El destino quiso que Marc Ribas, el 'Joc de Cartes' y TV3 celebraran su primer premio Ondas con un episodio que pasará a la historia. No solo por entretenido y divertido, también por haber encontrado uno de aquellos restaurantes y chefs que, de aquí un tiempo, seguro que reciben premios y distinciones por su creatividad, concepto y ejecución. Ante los ojos de los espectadores, muchos como siempre a pesar de competir con la resaca de una semifinal del mundial de fútbol (22'5% de cuota), pasaron cosas mágicas. Alucinantes. Se trataba sobre postres en Barcelona, y vaya que sí, que encontramos postres de otra galaxia. Pero no solo eso: el resto de la comida estaba a la altura, aparte de un espacio en el que nadie diría que hay un restaurante. Todavía estaba, como si dijéramos, en obras. Y de hecho Ribas y el resto de concursantes fueron los primeros en estrenarlo. Quedaron en shock.
Quizás hay parte de la familia de fieles que siguen el concurso que valoren otros elementos clásicos del 'Joc de Cartes', como las peleas, el mal rollo o los locales que presentan deficiencias y suciedad. Pero también hay una multitud de espectadores que lo miran con interés para encontrar propuestas interesantes. Pues bien, como aseguró hace días Marc, el establecimiento en el que hicieron la última comida rompió todos los esquemas. Uno de los más especiales de los 387 que han pasado por el programa. Apunten ya el nombre y vayan llamando si son sibaritas y con ganas de marcha, Comida Codac. Se petará.
El Comida Codac, un restaurante increíble en un espacio que parece una piscina o un escenario de 'Crims'
Este lugar tan particular está en el Eixample, cerca de la antigua cárcel Modelo. Si pasan por delante, presten atención porque pasa desapercibido. De hecho, cuando entras a la casa que acaba de crear el joven cocinero Miquel Coulibaly, te tienes que pellizcar para asimilar que allí podrás comer. "¿Dónde cojones me has traído?", decía uno de sus rivales al poner un pie allí. Todo el mundo le ve semblanzas con espacios anticulinarios, de hecho: desde una piscina a una sala de hospital, desde una residencia de ancianos en un escenario de 'Crims'. Después, eso sí, te sorprenden con una carta como esta. La red, a sus pies.
Las caras de Marc Ribas y los concursantes lo dicen todo: habían encontrado una propuesta única
Por no tener, el establecimiento no tenía ni fogones, ni fregadero, ni los elementos más básicos del 99'5% de las cocinas. Pero aun así las manos de Miquel creaban pequeñas joyas gastronómicas. Un festival para los paladares de los afortunados participantes de 'Joc de Cartes', las caras lo decían todo. Incluso con palabras: los rivales sabían que no jugaban en la misma división, pero era tan bueno y ofrecía tan buenas vibraciones que no se convirtió en un elemento de división, como ha podido pasar en otras ocasiones. Todo soplaba a favor. Y con los postres hubo éxtasis. Esta mueca de la propietaria del Ugot no es de asco, es todo lo contrario. Ganó con comodidad, claro.
Ribas no mentía: será la mejor temporada de 'Joc de Cartes'. Y cada semana lo demuestra.