El famoso y mediático chef catalán Marc Ribas es un hombre tan querido como peculiar. Antes de despuntar en los fogones y de hacerse una de las caras imprescindibles de TV3, el gerundense dedicó sus energías a otras ocupaciones. Una, de tipo artístico: le encanta la pintura y el diseño. Otra, ser portero de discoteca. Un trabajo sin demasiado glamur, sí, pero para el que estaba más que cualificado: es alguien que combina perfectamente la fuerza bruta y el sentido común. Marc tiene, además, un físico imponente y que puede actuar como elemento disuasorio en situaciones de peligro. De hecho, se dedicó a la competición de culturismo a nivel europeo. Cuando dio el salto a la tele lo dejó un poco de lado, pero no así el trabajo de gimnasio: cada día le dedica más de dos horas, entre ejercicios aeróbicos y rutinas con pesas. El resultado está a la vista de los espectadores, acostumbrados a unos brazos de hierro, acero o titanio. Lo que no se ve a menudo es el resto de su tren superior. Sólo con cuentagotas:
Estas impresionantes imágenes son de hace un tiempo, pero nada ha cambiado: sigue igual o más fuerte que en el pasado. Y lo acabamos de comprobar gracias a la imagen que ha compartido desde uno de sus lugares favoritos, un gimnasio. Allí ha sido entrevistado por un periodista de 'La Vanguardia', quizás para saber algo más de la nueva temporada del mítico 'Joc de Cartes'. Ribas y el resto del equipo del concurso gastronómico ya graban los nuevos capítulos del programa, uno de los más vistos de Catalunya. Lo que no se ve tan a menudo son los músculos del cocinero "en su salsa". Imposible no quedar impactado viendo su aspecto de Hércules: parece a punto de reventar la ropa de entrenamiento. Muy fuerte, nunca mejor dicho.
Dicen en castellano que "más vale maña que fuerza". Eso es porque no se habían encontrado cara a cara con el chef de TV3, que lo tiene todo. "Brutal", como a menudo repite en sus programas.