El Versió RAC1 es el programa de radio más escuchado de las tardes en Catalunya por muchas razones. Para empezar, evidentemente, por el talento delante y detrás del micrófono de su cabeza visible y director, el gran Toni Clapés. Pero no es la única clave para que la cosa cuaje a la perfección. El resto de colaboradores y secciones, mezclando información pura y dura con entretenimiento y momentos hilarantes de radio, son la guinda del pastel. Los únicos señor Marcel·lí y señor Bohigues, los genios Oriol Cruz y Judit Martín, la maravillosa Montse Llussà, a quien los oyentes tienen muchas ganas de volver a oír, Ernesto Ekaizer o el mejor y más brillante colaborador, observador, crítico y escritor que hay en este país, Sergi Pàmies, hablando como nadie sobre cine. Y tantos y tantos otros...
Detengámonos, sin embargo, en otro de los miembros destacados del equipo de Clapés, quien ven al lado del director del programa decorando el árbol de Navidad. Un periodista muy querido por los compañeros de equipo, por toda la emisora y por los oyentes, y que lleva ya muchos años trabajando en RAC1. Alguien con una bondad que tumba, profesional de la cabeza a los pies y que precisamente, es quien toma el relevo y sustituye a Toni cuando este ha tenido que faltar por algún motivo. Hablamos del gran Marc Serra.
Sus entrevistas únicas a personas que tiempos atrás fueron unos verdaderos ídolos y a los cuales les habíamos perdido la pista con los años, siempre hacen desorinar de la risa, con él aguantando el tipo, sus comentarios ingeniosos, sus intervenciones precisas... Un ejemplo de buen locutor, de buen periodista y de buena persona. Marc, más allá de su participación en el Versió RAC1, también tiene un podcast imperdible en la emisora, Tranquil·la ment. Psicología de proximidad, como dice él, al lado de Xavier Guix. Y más allá de su trabajo, también ama su lengua, el catalán. Hace poco, se hizo eco y aplaudió un vídeo que se ha hecho viral de cómo un chico les dedica una bofetada tras otra a los haters del catalán:
Ahora, ha sido él quien ha vivido en su propia piel una catalanofobia injustificable y vomitiva. Explica el periodista que "He comentado en catalán uno noticia de un medio internacional. He recibido mucho amor", dice con ironía, para después dejar las cosas claras y decir una frase que nos tendríamos que tatuar todos en la frente cuando suframos situaciones de estas: "No lo podemos normalizar". Y tiene toda la razón del mundo. No se puede normalizar que cuatro hiperventilados indocumentados vomiten su odio miserable en redes cuando alguien osa hablar en su lengua, en este caso, el catalán. No se puede normalizar que por que haya comentado una noticia internacional en catalán reciba mensajes como los que él mismo publica, donde le dicen frases abyectas como: "A nadie le importa tu catalán. Habla español que eres ciudadano del reino de España", "El catalán es un dialecto hablado por cuatro paletos", "¿Porqué éste escribe como retrasado?" (le dice alguien que no sabe ni escribir '¿Por qué?' separado) o "Escoria son aquellos que se sienten con derecho de adoctrinar niños y limitar las enseñanzas de las generaciones siguientes con propósitos políticos, propósitos golpistas y separatistas":
No hay que añadir nada más. Si les molesta oír hablar en catalán, que s'hi posin fulles, que traducido para ellos, para que le entiendan bien, vendría a ser dos piedras. Bravo por Marc. A las imbecilidades, nada mejor que responder con ironía y firmeza. Y Marc Serra ha respondido con las dos cosas. Claro y catalán.