Los futuros fiscales españoles tendrán siempre la foto en la retina del día que empiezan a formar parte del Ministerio Fiscal: el rey Felipe y a ambos lados la ministra de Justicia en funciones del PSOE, Dolores Delgado, y el presidente del CGPJ, el ultraconservador Carlos Lesmes. El unionismo en pleno para aleccionar a 36 jóvenes que empiezan su carrera contra delincuentes e independentistas. El rey ha destacado en su discurso un artículo de la Constitución. No el 2 sobre la unidad de España sino el 124, que impone a la Fiscalía el principio de "unidad de actuación y dependencia jerárquica". Traducido: todos a una según diga el Fiscal General del Estado que pone el partido que gobierna.

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El jefe del Estado recordando la obediencia debida a los chicos y chicas que instruirán sumarios y pedirán penas de prisión. Acatando ciegamente lo que diga el gobierno a través de la ministra y la Fiscal General. La segunda particularidad del acto oficial es que entre los 36 nuevos fiscales hay una que ha sido cuestionada: Sofía Marchena. La hija de Manuel Marchena, presidente de la Sala 2ª del Tribunal Supremo que está juzgando a los líderes independentistas. El Nacional ya explicó que el suyo es un caso de posible nepotismo con la mujer del juez Llarena de por medio. El resumen es que en un concurso oposición de 35 fiscales ella quedó la 36 y a pesar de todo ha accedido al cargo. Lo pueden leer aquí: Sospechas de trato de favor a la hija del presidente de la sala que juzgará el 1-O:

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Nueva promoción de fiscales españoles / EFE

La tercera rareza es que de los 36 (35 + 1) nuevos fiscales, el 80% van en Catalunya. 29 de los funcionarios se dedicarán a perseguir delincuentes catalanes. Alguna cosa falla. Llevan meses diciendo que ningún funcionario quiere ir a Catalunya. Y por si acaso, el rey les recuerda que tienen que obedecer lo que diga el Gobierno. Veinticinco mujeres y once hombres buenos y obedientes.

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Elisa Beni es la periodista que mejor ha explicado el caso. Su artículo en El Nacional La sombra sobre Marchena merece ser repasado. Y su final: "La corruptela para beneficiar a la hija de Marchena es una operación destinada a pasar al olvido y a quedar impune. Ahora mismo, Marchena es Dios, aunque tenga este pie de barro. Nadie va a tocarle ni el borde de la toga". Y el rey Felipe ha dado el visto bueno haciendo acto de presencia por primera vez en la entrega de despachos a los nuevos fiscales. Precisamente en esta promoción, la de la joven hija Marchena. En periodismo, las casulidades no existen. El rey envía un mensaje. Otro "A por ellos".