Si hace escasos días Maria Guardiola colapsaba las redes sociales en motivo de su 21 cumpleaños, en las últimas horas lo ha vuelto a hacer presumiendo del espectacular vestido que ha elegido para despedirse del 2021 y dar la bienvenida al 2022. Un modelito del que ha presumido en su cuenta de Instagram, donde cada vez es más activa y acumula más de 200.000 seguidores. Una influencer en potencia.
Un fin de año que Maria, al igual que otros famosos, ha pasado lejos de Barcelona y del Reino Unido, donde reside habitualmente. La joven, pese a la pandemia del coronavirus, se ha montado en un avión y se ha trasladado hasta Túnez junto a unos amigos suyos. Un fin de año en el que seguro no ha faltado detalle alguno y que Guardiola ha celebrado en la exclusiva ciudad de Gammarth, la misma en la que festejó su aniversario.
A Maria Guardiola se le dan bien los idiomas. No solo habla catalán y castellano a la perfección, sino también inglés y francés. Y precisamente haciendo gala de su dominio del francés la hija de Pep Guardiola ha querido desear a todos sus amigos y seguidores un buen año 2022. "Bonne Année" se puede leer en una de las fotos que ha compartido en sus historias de Instagram. Mensaje que acompaña de un corazón en color azul. El mismo color del vestido que se ha puesto para cambiar de año.
Maria ha deslumbrado a todos con su increíble melena morena suelta y con un vestido camisero satinado con apertura lateral y gran lazada en la zona de la cintura. Una elegante elección que remata con unos altos y simples tacones color negro. La foto que lo demuestra es la siguiente:
Una foto tipo selfie en la que Maria Guardiola aparece frente a un espejo irregular mientras sujeta con sus manos una copa de champán para desear a todos una maravillosa entrada de año. Un champán que combina con el color de sus uñas, ya que presume de esmalte dorado. No hay duda que la joven Maria Guardiola combina todo hasta el más mínimo detalle.
Unas historias de Instagram en las que también ha publicado un vídeo de la exclusiva fiesta a la que ha tenido ocasión de acudir. Música electrónica en lo alto de una montaña, lo que parece el jardín de una casa privada, con unas vistas de infarto a la bahía de Túnez. Hay quien se lo sabe montar mal, bien, regular y luego está Maria Guardiola que, como su padre, juega en otra división.