María Lapiedra está incluso en la sopa. Que pusiera los cuernos a su marido durante ocho años con el colaborador de Sálvame, Gustavo González, fue el hit de diciembre. El programa del corazón hizo en agosto, y el tema está presente día sí día también durante más de dos meses seguidos.
Lapiedra empezó el proceso de divorcio enseguida -con su expareja, el mediático Joan Laporta, de abogado- y Gustavo dejó a la madre de sus hijos para apostar por la relación con la exactriz porno. El culebrón no puede ser mejor, pero se iba echando leña al fuego al invitar al marido de la catalana a comentar las novedades.
Muchos los han acusado de inventárselo todo, de orquestar un montaje con el que se están haciendo de oro. Pero parece que al menos habría una parte de verdad detrás... Y es que Sálvame los ha grabado en secreto para analizar sus conversaciones privadas y les han regalado un caramelito.
Se encontraban en la sala VIP del programa esperando para intervenir, cuando Lapiedra confesó que quiere que muera televisivamente su marido. Gustavo la hizo callar inteligentemente, sospechando que podrían estar espiándolos -conocedor de las maléficas intenciones que tiene siempre el programa-.
Eso sí, al cabo de un rato se soltaron y empezaron a tener una conversación muy romántica que hizo las delicias de sus compañeros una vez lo emitieron. Y es que con una voz muy tierna, Gustavo le pidió a su pareja que le diera un beso: "Te quiero mucho. Te amo. Te amo mucho, vida mía. ¿Me das un morreo? Me he... alegrado", confesaba sensual. "Aquí me entran cosquillas... Tendremos que subir al camerino", decía ella con voz de viciosa. Y todo acababa con el paparazzi asegurando que se tiraría agua fría para tranquilizarse. Y todo con el sonido de los besos escuchándose de fondo.
Al emitir las imágenes después, la pareja se mostró bastante enfadada y avergonzada. ¿Todavía no son conscientes de dónde trabajan?