María Lapiedra ha dejado a todo el mundo boquiabierto al renegar de su pasado independentista. La catalana ha visto como Marta Sánchez se convertía en protagonista de la semana con la patriótica letra que ha compuesto para el himno español, y ha querido subirse ella también en el carro.
Hace tres meses que se pasea por los platós de televisión comentando su tempestuosa historia de amor con el colaborador de Sálvame, Gustavo González. Y no quiere dejar de estar de actualidad.
Es por eso que ha aprovechado que todo el mundo habla del himno de España para ocupar titulares. Ha aparecido en Cazamariposas toda vestida de rojo, delante de una gran bandera con una mariposa -el símbolo del programa del corazón- dibujada en el centro. Dispuesta a interpretar su propia versión.
Una letra muy personal pero sin seguir un hilo demasiado coherente: "Tengo un sueño, vivir en paz, sin miedo y con libertad de hablar y de pensar. No tengo dueño, me acuesto con quien quiero y no me juzgues más. Soy libre para amar. Ni soy mala gente, ni soy delincuente y la corrupción, directa a prisión".
Lo mejor de esta versión es, de hecho, lo mal que la canta. Completamente desafinada y con más gallos que Manel Navarro, parece que la música no es el mundo de Lapiedra.
Que cante este himno evidencia que ha dejado de lado sus pensamientos independentistas, que manifestó hace unos años cuándo apoyó a Joan Laporta -su expareja que ahora se ha convertido en el abogado de su divorcio- en su candidatura a presidente de la Generalitat con la estelada de vestido.
Al ver que declararse favorable al procés no le ayuda en su triunfo en Telecinco, ha asegurado que ha cambiado de idea: "Fui independentista cuando estaba con Laporta, pero ahora soy apolítica".
¿Vale todo en el mundo de la televisión?