La Navidad es tiempo de luces, familia, amor, regalos sorpresa, amigos invisibles, y comida, mucho de comer. Aquí en Catalunya tenemos una lista infinita de platos y postres tradicionales que muy seguro nos convierten en una de las mejores gastronomías del mundo. Absolutamente, en todas las casas se sirve platos como la escudella, los canelones, todo tipo de asados o gambas. Previamente con un buen aperitivo y posteriormente con una buena variedad de postres: barquillos, turrones, polvorones, panetones, chocolate... Como bien decíamos, el listado es infinito. Comer es la excusa perfecta para reunirnos y, en estas fechas donde se acumulan los encuentros y las citas, solo hay una norma: disfrutar de lo lindo y decir a todo que sí.

Tener la mesa llena de aperitivos y postres hace incitar a pecar en muchos de los que, por prospecto médico, deben evitar el azúcar, las grasas, el alcohol u otros alimentos que Navidad se presentan encima de la mesa. Sin embargo, en estas fechas tan relevantes para la cocina catalana, donde pequeños y grandes coinciden con el menú, solo hay una solución válida por enfrentar estas fiestas con éxito y Maria Nicolau tiene la respuesta.

Entrevista Maria Nicolau, Chef / FOTO: Carlos Baglietto
Maria Nicolau, Chef / Foto: Carlos Baglietto
Entrevista Maria Nicolau, Chef / FOTO: Carlos Baglietto
Maria Nicolau, Chef / Foto: Carlos Baglietto
Entrevista Maria Nicolau, Chef / FOTO: Carlos Baglietto
Maria Nicolau, Chef / Foto: Carlos Baglietto

Es probablemente una de las cocineras con más carisma de nuestra casa, además de ser una crack de los fogones, también es famosa por sus libros de gastronomía y para aparecer en espacios televisivos como el Cuines o el Tot es Mou de Helena García Melero. Una vez se coloca delante de la cámara, conquista a los espectadores y el entrevistador con sus respuestas. No solo habla de cocina, sino que te hace sentir a gusto con esta, y durante su última entrevista para el diario ARA con Albert Om ha hablado de tradiciones, de nuestra cultura gastronómica, de la Navidad y de una de sus partes preferidas de esta época. Pero sobre todo, ha destacado por su respuesta a esta pregunta del periodista catalán: "¿Qué es lo último que se tiene que comer el día de Navidad? ¿Qué está prohibido?"

Maria Nicolau y Alber Om Youtube Diari ARA
Maria Nicolau y Albert Om / YouTube Diari ARA
Maria Nicolau Youtube Diari ARA
Maria Nicolau durante la entrevista / Youtube Diari ARA

Maria Nicolau nunca decepciona y siempre sorprende, y por eso, deja al periodista sin palabras cuándo responde el siguiente: "Lo que te dice el médico" Ella lo tiene claro, Navidad es para pecar, y dejar de lado todo aquello que el médico te ha restringido. "Navidad no es para alimentar el cuerpo o alimentar químicamente con aquello que dietéticamente más te conviene. Navidad está para recordarte por qué haces dieta. Navidad está para recordarte los motivos para querer seguir estando vivo. Entonces, yo en Navidad he venido para quemar las barcas y quemar los puentes, y acabar todos embarrancando la costa, que es el sofá, estirados, dejados como huevos batidos y dejados ir, hartos y abultados como sapos, pedos, eructos, la siesta, la baba seca, como ballenas varadas en la arena. Aquello es maravilloso. Yo eso lo amo y lo espero". Maria Nicolau es firme con sus valores y lo reafirma cuando, Albert Om, le hace la siguiente pregunta: "Pero se tiene que comer siempre lo mismo"

"Yo creo que sí, porque lo que da sentido a las tradiciones es repetirlas, mantenerlas. Podemos modernizar 364 días al año, no hay que modernizar este día, porque este día está para recordarnos quiénes somos, de dónde venimos, cuál es la tradición que bebemos y nos alimentamos. Y al mismo tiempo sirve para explicarle en el resto del mundo quiénes somos, de dónde venimos, porque somos de esta manera" En otras palabras, a Maria Nicolau nos ha dejado bien claro que por Navidad, todo se vale, excepto las modernidades de sustituir la escudella por cremas de verduras o los canalones por raviolis. En estas fechas no se tiene que mirar delgaducho, pero sí que hay que preservar nuestras tradiciones. Una vez más, Maria Nicolau, ¡maravillosa!