Masterchef es el programa más caro y problemático de TVE. El talent show se ha pervertido hasta convertirse en un reality show y cada día es más noticia por las polémicas que arrastra que por la calidad del programa. Hace tantos años que Shine Iberia, su productora, se está enriqueciendo con TVE que ha enloquecido y han prostituido el formato hasta un reality donde solo cuenta el show de expulsiones, de ser implacables contra los concursantes débiles y humillarlos, sean famosos o anónimos. Esta semana el miércoles hubo Masterchef en La 1, mal de audiencia: un triste 7,8% en Catalunya (flojo 9,8% en España por debajo del millón de espectadores) y en parte es porque muchos espectadores se ofendieron por cómo Jordi Cruz y el programa humillaron a una concursante que decidió terminar del concurso por un problema de salud mental. "No estoy bien. Perdonadme, pero es más importante que esté bien yo que decepcionaros a vosotros. Con todo el cariño del mundo”. Jordi Cruz la maltrató y humilló: "Muy bien. Chao. Su delantal. Su puerta. Continuamos. Aquí no ha pasado absolutamente nada". Fue incómodo y repugnante.
Una cosa sobre MasterChef: ponemos mucho el foco en la (impresentable) actitud de Jordi Cruz o Samantha, pero igual habría que hablar más de la productora (Shine Iberia), verdadera responsable de un programa podrido. Y de por qué en TVE se le tolera todo. https://t.co/FrX68PFHrJ
— Mikel López Iturriaga����️���� (@mikeliturriaga) April 26, 2024
El periodista gastronómico de El País, Mikel López Iturriaga acierta poniendo el acento no en el papel de menosprecio que le hacen hacer, o hace de agrado, el chef catalán sino en cómo la productora pasa desapercibida gracias que no se le pone cara. No es de José Luís Moreno o Ana Rosa Quintana. La SEO de Shine Iberia es Macarena Rey que tiene fama de dura, pero la propiedad es extranjera, Banijay Group con sede en Francia. El dilema es de TVE si mantener el producto que ya está como algunos platos que se cocinan: quemado. En Catalunya una compañera de Jordi Cruz, la también chef catalana Maria Nicolau, famosa gracias a sus colaboraciones en TV3 por ejemplo del programa Tot es mou, acaba de escribir en el mismo diario, El País, una columna demoledora contra Jordi Cruz.
Maria Nicolau, que de cocina y tele sabe mucho, escribe: "La concursante deja de participar en un programa de televisión. No se fuga de una prisión. No deja a un paciente a medio coser en una mesa de quirófano. No sigue conduciendo tras un atropello. No abandona ninguna causa noble. Dice que no a un trabajo, a una situación en la que accedió a participar sin haberla vivido previamente, y lo hace para seguir con su vida, sin dañar a nadie, para no seguir dañándose a sí misma. Jordi Cruz respondió 'Le has quitado la oportunidad a gente, claro que sí” con sorna, mirada intensa, mandíbulas prietas. Entiendo Jordi que, en la vorágine de la obsesión, en ese estado de galope perpetuo, maníaco y obcecante, puedas haber llegado a identificar tu valía como ser humano con los trofeos ganados en la competición gastronómica de la élite".. Le reprocha a Cruz que su obsesión por conseguir o retener estrellas Michelin lo ha perturbado hasta deshumanizarlo.
Nicolau destroza a Cruz y al programa: "MasterChef está enfermo, Jordi. El viejo sistema de restauración que emula y enaltece este show, como un holograma, está corroído por la peste de la autoimportancia, el mal de Narciso. (...) Cocinar con estrella Michelin no deja de ser cocinar complicado para entretener el paladar de los ricos. No es más que un divertimento. No es salvar vidas. (...) Ser desagradable es el camino inmaduro, rápido y fácil, Jordi. Defender el despotismo como modus operandi es pueril. (...) Fue la más refinada destilación de la figura autoritaria, dominante, violenta, intransigente, clasista e hipócrita". Maria Nicolau valiente, sin ambages, contra cierta manera de entender la cocina, de ser dueño de una cocina y de cómo tratar a los concursantes proyectando una imagen de cómo se trata a los empleados. Bra-vo.