La situación de María Patiño en Telecinco es peculiar. Ha pasado del 100 a cero en un abrir y cerrar de ojos. De acuerdo, quizás hablar de cero no es exacto. Pero que no pasa del 10, sí. La cancelación de 'Sálvame' ha modificado su peso en Mediaset: de conductora del 'Deluxe', del propio 'Sálvame' de manera intermitente y de titular en el 'Socialité', ahora solo se ha quedado con el espacio de chismorreo de los fines de semana. Y ni siquiera lo presenta regularmente, a menudo Núria Marín la sustituye. Este fin de semana, de hecho, ha hecho novillos los dos días, sábado y domingo. Se ha cogido fiesta. Quizás tenía muchos días acumulados, o quizás le importa todo un rábano tras hacer el reality de Netlix en Miami. Quizás busca el penalti. Es un misterio, pero el caso es que Patiño cada vez sale menos por antena.
María tenía planes: marcharse de fin de semana a Tenerife. La gallega es una gran conocedora de las Islas Canarias, tiene una casa en Fuerteventura. Allí que se plantó con Belén Esteban. El plan ha sido eminentemente náutico, con excursiones en embarcaciones, puestas de sol frente a la costa, etcétera. Menos subir al Teide, de todo. Ahora bien, también ha tenido tiempo para hacer una visita a un gimnasio y continuar con la escultura de su cuerpo. Especialmente de unos abdominales que dan miedo. No diga Patiño, diga súperPati.
La comunicadora practica de manera activa y entusiasta Pilates, y los resultados están a la vista de todo el mundo. Una experta en la materia tiene parte de culpa, Ana Lozano. "Te conocí y me has cambiado la vida", le escribe. Lozano, propietaria de un establecimiento, le responde: "La felicidad y satisfacción de poder cambiar la vida a una persona en un momento de necesidad es inexplicable....Gracias a ti por compartir ese momento conmigo! Pilates además de un método de entrenamiento maravilloso es una filosofía de vida". Se lo ha tomado muy seriamente: miren.
Eso no son abdominales: ahí tiene dos barras de hierro, como mínimo. El aspecto es un poco extraño, lisos y uniformes. Pero quizás es que Leticia Sabater, Cárdenas y compañía han hecho mucho daño al imaginario colectivo con sus flotadores falsos. Los de Patiño son auténticos y superdesarrollados, por mucho que contraiga los músculos para la foto. Allí hay muchas horas de sudor, de esfuerzo y de trabajo. Paradójicamente, todo el trabajo que no lleva a cabo en televisión. La cosa es bestia. Veremos si todavía los puede definir y fortalecer más. De aquí a competiciones de culturismo. Guau.