Este ha sido probablemente uno de los años más difíciles en la vida de María Pombo. Más allá de la angustia del confinamiento, en los últimos meses la influencer madrileña ha recibido la mejor de las noticias pero también una muy mala. La primera, que está embarazada de su primer hijo. Aunque, pocos días más tarde, la alegría dejó paso a la preocupación cuando le diagnosticaron esclerosis múltiple. Dos circunstancias que, sumadas a la presión constante de las redes sociales, la han colocado en una verdadera montaña rusa emocional.
En una entrevista con el youtuber Luc Loren, Pombo ha revelado que empezó a ir a terapia por los insultos y ataques que recibía a través de la red. "Llevo un año yendo al psiquiatra", ha confesado. Aunque de momento la consideran paciente de psicología porque no recibe medicación. "Llevo unos meses con más ansiedad de lo normal porque han sido entre los mejores y los peores de mi vida. El confinamiento ya de por sí fue muy estresante, pero a mí me llegaron varias noticias en esos momentos que me hicieron estar con la ansiedad por los aires (…) Siento que no se puede decir nada de esto en alto cuando estás en una situación de privilegio como la mía. Si digo que estoy mal, me juzgan", explica. Finalmente, y aconsejada por su marido, el también instagramer Pablo Castellano, dio un paso adelante para buscar ayuda: "Era importante sentarme con alguien externo, que no sea de mi familia, a decirle todo lo que estoy viviendo".
María Pombo se abre a hablar de sus problemas con motivo del Día de la Salud Mental, que es el próximo 10 de octubre. Con su testimonio, la mediática quiere visibilizar este tipo de patologías. "No me parece algo de lo que tengas que estar avergonzado", defiende. Rompiendo tabúes.