Son las grandes estrellas del circo mediático del siglo XXI: Hombres y mujeres que se hacen llamar 'influencers'. Los tenemos a porrillo, salen como setas. Hay millones de personas que les siguen en las redes ya sea por admiración, curiosidad, para criticar o porque les transmiten confianza. "¿Si él/ella lo hace, por qué no hacerlo yo?". Este es el principio fundamental sobre el que se basa el término. El problema, sin embargo, es qué tipo de influencia acaban teniendo sobre su audiencia, en general bastante jóvenes. Y que a pesar de ser grandes figuras en su oficio, actúan de una forma irresponsable y potencialmente peligrosa. Como por ejemplo, lo que hace María Pombo, la nueva gran estrella de este ecosistema (y muymuchoespañola): Promocionar antibióticos como 'truco' contra el acné.
Un medicamento que necesita de receta médica, pero que Pombo consiguió sin ningún problema en su farmacia habitual. El nombre de este medicamento se ha convertido en uno de los más solicitados en las boticas a causa de la proliferación de mensajes como el de María o de la catalana Paula Gonu. Un milagro al alcance de cualquier bolsillo. "Valen dos euros y pico en la farmacia". Una ganga, vaya. Pero irresponsable. "No me lo recomendó mí dermatóloga, sino mí vecina". Por eso quizás dice que "no hay que abusar tampoco..."
La denuncia se ha hecho viral (como los 'trucos' de sus autoras) a través de la cuenta de un farmacéutico que quiere acabar con estas prácticas. Entre los lamentables episodios que pone al descubierto, hay uno que llama también la atención. Lo tiene todo: Imprudente, peligroso, ignorante, exagerado... Es de Ana Moya, chica polifacética pero a la que tendrían que prohibir acercarse a una farmacia.
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— Farmacia Enfurecida (@Farmaenfurecida) 16 de septiembre de 2019
Ana Moya, 300k seguidores. pic.twitter.com/9y8Hiz6pqC
Los vídeos de los 'influencers' tendrían que llevar mensajes como los del tabaco: pueden causar graves problemas de salud.