Los detalles de la herencia de María Teresa Campos siguen impactando. La presentadora, fallecida a los 82 años el pasado 5 de septiembre tras meses de declive físico y cognitivo, ha sido una de las profesionales de la comunicación más famosas de las últimas décadas. Fue la gran joya de Telecinco y Antena 3, el fichaje galáctico, contratándola a precios desorbitados. Que en el año 1995 la Campos cobrara 3M de euros por temporada, publicidad aparte, es una barbaridad. Es lo que le pagaba Paolo Vasile durante 8 años hasta que la competencia le ofreció doblarle el sueldo. Aquel cambio de acera será recordado por los insultos de María Teresa en directo a su antiguo jefe, el famoso "gilipollas". 3 años después haría las paces y volvería al redil de Mediaset. Y a facturar como una estrella, evidentemente. Sin el resplandor de antes, pero muy bien remunerada.
El programa 'Cuentos Chinos' de Jorge Javier Vázquez, que lucha por mantenerse en antena a pesar de los pobres datos de audiencia (ya han cancelado la emisión de los jueves, alerta roja), está virando hacia el antiguo modelo de 'Sálvame'. Y el tema Campos entra dentro de su especialidad. Aprovechando la exclusiva de la revista 'Semana', que anunciaba que no había testamento, que Terelu Campos y Carmen Borrego son las legítimas herederes y que solo consta una propiedad en el patrimonio de la difunta, profundizaron más en los números, amasada gracias a su trabajo.
Hablamos, a grandes rasgos y siempre tirando por lo bajo, de cantidades astronómicas. 42 millones de euros en 10 años, por ejemplo. Sumen a eso lo que ingresó en TVE o en la propia Telecinco con el 'Qué tiempo tan feliz', y todos los beneficios obtenidos por promocionar productos y servicios en pantalla. Tengan en cuenta, además, que hablamos de cantidades de hace décadas, actualizarlas hace subir el montante final. Si la Campos ganó tanta pasta, ¿cómo es que la herencia ha quedado escuálida? Porque como empresaria e inversora no era tan buena como delante de las càmeres. Y porque hay grandes agujeros negros, como la famosa mansión de Las Rozas, en Molino de la Hoz. Una propiedad de 2.000 m² y 6.000 más de jardín, comprada por 4 millones más lo que costó la reforma, la piscina climatizada y la decoración, así como un mantenimiento de 15.000 al mes. "Su perdición económica", la cataloga el colaborador Juan Luis Galiacho. La puso en venta en 2015 por 4 5M, pero no la colocó hasta 2021 y por mucho menos del precio de salida: 2'5M. Para sobrevivir tuvo que vender hasta dos propiedades más por cerca de 2 millones. Un negocio ruinoso.
El otro patrimonio de la Campos ha quedado almacenado en cajas y contenedores. Decenas de objetos de lujo, su gran vicio. "Antigüedades, zapatos, vestidos, joyas, decoración". Hacen números: "Decenas de zapatos de marcas de superlujo, unos 50. Total, 20.000€. Todos ellos con bolsos a juego, 50.000 más. Trajes y vestidos de marcas como Dolce&Gabanna y Dior, 150.000. Era una amante de las pieles, 300.000€. Decoración, 300.000 más por lo bajini. Un Maserati en el garaje, 170.000, y otros 100.000 en joyones. Total: 1M". El valor parece alto, pero es más sentimental que pecuniario. No imaginamos ni en Terelu ni a la Carmen revendiendo todo este inventario para aumentar sus cuentas corrientes. Vaya panorama.