Terelu Campos vuelve a ser la protagonista involuntaria de un escándalo que sacude los cimientos de la prensa rosa y la televisión española. En esta ocasión, no es su paso fugaz por Supervivientes ni sus problemas de salud lo que acapara titulares, sino una bomba informativa que saca a la luz un entramado sentimental tan insólito como revelador. Según ha revelado Enrique del Pozo en TardeAR, María Teresa Campos intentó emparejar a su hija Terelu con Alessandro Lecquio, ideando auténticos “encuentros fortuitos” que nunca llegaron a funcionar.

El testimonio ha levantado ampollas. Del Pozo no dudó en calificar a Lecquio como “uno de los tíos más guapos de la televisión”, asegurando que Terelu estuvo enamorada de él durante años, pero que sus sentimientos jamás fueron correspondidos. “Teresa Campos intentó organizar varias citas con él, pero siempre las rechazó, porque no le gustaba”, confesó, dejando entrever que el rechazo del italiano dejó más cicatrices de las que se pensaba. Lo que parecía una historia sin importancia ha destapado, en realidad, un patrón de conducta mucho más oscuro: la matriarca del clan Campos manipulaba no solo contratos, sino también relaciones personales.

María Teresa Campos, la celestina secreta de Mediaset: amor y estrategia en los pasillos

Lo que pocos sabían es que la intervención de María Teresa no se limitaba a lo profesional. Fuentes cercanas aseguran que era habitual verla en los pasillos de Telecinco preguntando discretamente por solteros disponibles que pudieran "encajar" con su hija. La intención era clara: impulsar el estatus social de Terelu en una cadena que, por aquel entonces, estaba plagada de egos y fama.

Y no se trataba de un simple juego de madre preocupada. Todo estaba perfectamente orquestado, con cláusulas en contratos que obligaban a contar con Terelu en cualquier programa en el que su madre participara. “A Terelu Campos se le llamaba ‘la cláusula’, porque decían que en cualquier contrato de la madre había una cláusula donde se incluía que Terelu tenía que participar de alguna manera copresentando”, afirmó Kiko Matamoros. Ahora, lo que parecía nepotismo se ha transformado en una sofisticada estrategia de posicionamiento familiar, donde el amor y los vínculos personales eran utilizados como moneda de cambio.

Lecquio responde sin filtros: “A mí no me gustaba ni me ha gustado nunca ella”

La respuesta de Alessandro Lecquio no se ha hecho esperar y ha sido tan tajante como humillante. A través de la periodista Leticia Requejo, el ex de Ana Obregón envió un mensaje demoledor: “Alessandro me dice que Terelu 'nunca me gustó' y que no le tiene tirria. Solo que puso de ejemplo lo del cenicero 'porque no me gusta que siempre está mirando por encima del hombro. ‘A mí no me gustaba ni me ha gustado nunca ella’”.

El aristócrata italiano negó cualquier animadversión, pero sus palabras dejaron al descubierto una indiferencia que, según muchos, ha alimentado el resentimiento de Terelu durante años. La tensión entre ambos ha sido palpable durante mucho tiempo, y ahora comienza a entenderse el porqué. Lo que parecía una simple rivalidad profesional es, en realidad, una herida emocional mal cerrada. Ahora bien, más allá del escándalo mediático, esta historia revela una faceta hasta ahora ignorada del imperio mediático de las Campos. María Teresa no dudaba en mover los hilos, ya fuera en el plató o en la vida amorosa de su hija, para asegurar su reinado televisivo.