Ya hace tiempo que María Teresa Campos está alejada de los focos y de los platós. De vez en cuando se deja caer en algún programa como invitada después de haber sido durante muchos años la reina de las mañanas. Y de vez en cuando, también, desembucha cuando se siente cómoda y en confianza con su interlocutor, como acaba de pasar en una entrevista en exclusiva para Kiko Hernández en la revista Diez minutos.
Juntos han repasado su vida y carrera, desde los comienzos hasta los últimos tiempos, y, tratándose de una revista del corazón, evidentemente ha habido muchos momentos de la conversación donde han tocado cuestiones sentimentales: "Hay una parte de mi vida, que no es la de Madrid, de la que nunca voy a hablar por mis hijas. De mi marido y de cuando se quitó la vida. Cuando vine a Madrid fue como empezar a vivir ¡me puse las botas! Me puse al corriente en cuanto a relaciones". Evidentemente, la frase que llama más la atención de la entrevista es la que el mismo medio destaca en portada, "Últimamente, Rocío Carrasco y yo estamos menos unidas pero antes los fines de semana estaban en casa", reconoce, aunque asegura que "la quiero muchísimo".
Pero lo que ha llamado más la atención no es cuando ha hablado de Rocío Carrasco, sino cuando ha hablado del exmarido de su célebre madre Rocío Jurado, Ortega Cano. Del torero, a raíz de todo el tema con su mujer actual, dice: "Ortega Cano está mayor y ahora a lo mejor le viene bien Ana María Aldón. Si se entienden, con su pan se lo coman". Pero lo que ha dejado con los ojos como platos es una situación que se vivió cuando él estaba casado con la famosa cantante de Como una ola. Quizás aquel día, Ortega Cano no iba como una ola, sino como una cuba. Explica la Campos que él se le insinuó en la comunión de sus hijos Gloria Camila y José Fernando. El torero y la presentadora estaban bailando durante la fiesta posterior y él le dijo: "¿Tú sabes una cosa? Que me estás poniendo, y a mí no me ponen más que las mujeres que son muy mujeres". La Campos alucinó, como todos al leerlo.
María Teresa Campos reconoce que sigue echando de menos la televisión y habla con Kiko de las últimas polémicas que afectan a su familia, cómo ve a sus hijas Terelu y Carmen en 'Sálvame' y qué le parece el trabajo en televisión de su nieta, Alejandra Rubio. Más allá de estas cuestiones y de las situaciones erótico-festivas, también hay espacio para jugosas confesiones hablando del ex de su hija Terelu, Pipi Estrada ("Pipi me costo dinero. Pagué 2,5 millones de pesetas (15.000 euros) por retirar unas fotos porque salía de una casa de putas e iba con una agarrada, como que se había echado una amiga allí") o también que "Me fumé un porro con Sabina cuando le entrevisté en la radio"... El que quizás también iba fumado sería Ortega Cano al pensar que podría haber alguna cosa entre él y la Campos.