María Teresa Campos ha vuelto a preocupar a todos al no asistir al funeral de Laura Valenzuela, y es que ella no sabía absolutamente nada. Terelu Campos y Carmen Borrego la mantienen aislada en una burbuja. Creen que para ella no sería bueno ser conocedora en estos momentos de esta terrible noticia. Ambas presentadoras siempre fueron muy amigas. A día de hoy, el estado de salud de la comunicadora no es alarmante, pero sí preocupante. La abuela de Alejandra Rubio no se encuentra en su mejor momento. Desde que se quedó sin programa en televisión su estado anímico está por los suelos. En las últimas revisiones del pasado 10 de enero le diagnosticaron anemia por la falta de alimentos. María Teresa no tiene ilusión por nada. Ni come ni bebe.
Como se pudo ver hace un mes en una polémica fotografía donde María Teresa aparecía del brazo de su yerno, la salud de la comunicadora es preocupante. Se la podía ver muy desmejorada, los huesos se le marcaban. Terelu y Carmen han hablado con varios medios de comunicación para que no le hagan fotos.
Terelu y Carmen ocultan a María Teresa la muerte de Laura Valenzuela
Terelu Campos confesó que en condiciones normales, su madre hubiese estado en el tanatorio apoyando a Lara Dibildos, a quien cuidó como una hija. María Teresa Campos fue quien le dio trabajo por primera vez. La ausencia de la comunicadora es porque sus hijas lo han decidido así.
Sus hijas creen que en las condiciones actuales un disgusto como éste no le ayudaría para nada. Le costaría semanas en salir de ese pozo. María Teresa Campos también es una persona mayor y ver que personas de su época fallecen, solo le haría pensar que su momento está cada vez más cerca. A Terelu y Carmen les gustaría que su madre volviese a sonreír, y estas noticias no ayudan en absoluto. “Mi madre no está en condiciones de venir al tanatorio. No se lo hemos dicho porque en estos momentos no es conveniente. Ella no puede hacer nada, lo primero que diría es llevadme y no creo que esté en condiciones de estar aquí. Ya le gustaría a ella darle un gran beso a Lara", dijo Carmen Borrego en la puerta del tanatorio de San Isidro.
Salvo su familia más cercana, y Gustavo, el chófer, nadie más puede ver ni hablar con María Teresa Campos. Está totalmente aislada. "Perdió la ilusión de volver a trabajar y eso fue lo peor para ella. Quería despedirse de su público como creía que se lo merecía después de tantos años siendo una de las caras más importantes de este país y eso a ella la hundió mucho", explica una persona cercana a la periodista a Informalia. Y después pasó a cada vez comer menos. "Se olvida de beber", dicen. "Pero claro, Teresa apenas habla con nadie más que con su familia, sus hijas y sus nietos. Carmen controla todo y es normal. No quieren que nada la altere y se ponga peor. Quieren protegerla, pero tampoco es lógico que no la dejen hablar ni con sus amigas", concluye esta persona al medio citado anteriormente.