Mariano Rajoy es un recordman, un hombre de récord. El expresidente español es único: el primer mandatario tumbado por una moción de censura desde que se instaurara la democracia. Nadie había alcanzado este hito hasta aquel 1 de junio de 2018. El del PP cayó por la sentencia del Caso Gürtel y tuvo que abandonar la Moncloa en contra de su voluntad, desahuciado por Pedro Sánchez. Era el fin político de Mariano, que volvía a Santa Pola y a su trabajo como administrador de la propiedad. También el fin de sus discursos marca de la casa, plenos de frases absurdas, de razonamientos delirantes, de shows más propios de 'El Club de la Comedia' que del máximo representante de un país. Imaginen cómo fue la cosa que incluso un programa infantil de TVE dedicó un capítulo al análisis de frases como "España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles" o "es el vecino el que elige el alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde". Tranquilos, estamos de suerte. Rajoy presidente ha "muerto", pero tenemos al Rajoy periodista. De traca.

El gallego ha fichado como columnista especializado en el mundial de fútbol. Analiza los partidos de la selección de Luis Enrique, y lo hace con una clarividencia y una facilidad expresiva que, cuando menos, confirma una cosa: las escribe él mismo, no tiene a ningún subordinado haciéndole el trabajo sucio. Este es un punto a favor de Mariano, sin duda. ¿La mala noticia? Qué es el único aspecto que merece un elogio. El resto es de un nivel paupérrimo, pobre, ínfimo. Y al mismo tiempo, asombroso. Que el mencionado digital ose publicarle los artículos solo puede querer decir dos cosas: o genuflexión o ganas de hacer clics al precio que sea. Porque seguro que suma visitas. Un espectáculo humorístico como éste no se encuentra a menudo en la cartelera. Y el público lo sabe.

Mariano Rajoy, futbolero / Europa Press

Mariano Rajoy ha debutado como periodista deportivo comentando los partidos de España

El día de su debut no decepcionó a los incondicionales del marianismo. "Costa Rica es Costa Rica, pero Arabia Saudí y Japón eran Arabia Saudí y Japón y fueron capaces de ganar a Argentina y Alemania. ¡Cuidado! El siguiente es Alemania, y Alemania es Alemania". Lástima que no incorporara a su diatriba un dibujito o decoración de P-5, le habría ido de perlas y hubiera quedado mucho más lucida la cosa. Es el enfant terrible del oratoria, pero nadie esperaba darse cuenta de todo lo que habíamos perdido durante todos estos años sin el Rajoy comentarista deportivo. Visión, análisis, rigor, contexto, verbigracia, conocimientos. Era el Messi de la pluma y la pelota, y nosotros sin saberlo. Pero nunca más. Entró por la puerta grande.

Rajoy se supera a sí mismo: el texto del España-Alemania lo convierte en el hazmerreír de las redes

4 días después de aquella experiencia iniciática, los auténticos fans del fútbol y de la selección esperaban la nueva incursión periodística de Mariano. De hecho empezamos a pensar que importa más su columna que el propio partido, el resultado o los goles. Rajoy ha cumplido con creces. Tiene el ego por las nubes y la jeta de dimensiones colosales. Solo así puede escoger como título que "Alemania me dió la razón". Autobombo: "Hace unos días, en mi comentario, dije que Alemania es Alemania y creo que Alemania me ha dado la razón". Este es el elemento más fino del texto, el resto hace palidecer a la profesión periodística y futbolera: le pueden echar una ojeada aquí. Tranquilos, no es demasiado larga. Mariano suda poco, solo cuando hace power walking. La red se troncha de risa, es el hazmerreír máximo.

La columna de Mariano Rajoy sobre el España-Alemania / El Debate
Rajoy, siempre a toda velocidad / La Sexta

Mariano acaba con un "hay que ser optimista, porque ser otra cosa no sirve absolutamente para nada". Habla de la selección, pero también de sí mismo. Filósofo. Crack.