La relación entre el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y la socialité Isabel Preysler ha sido una de las más comentadas en los últimos años. Desde su inicio en 2015 hasta su ruptura en 2022, esta pareja ha estado en el centro de la atención mediática, generando titulares y especulaciones. 

El romance de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler 

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler comenzaron su relación en 2015, poco después de la muerte de Miguel Boyer, el tercer esposo de Preysler. La pareja rápidamente se convirtió en una de las más seguidas por la prensa del corazón, debido a la fama y el prestigio de ambos. Durante ocho años, compartieron momentos de glamour y eventos sociales, pero también enfrentaron rumores y controversias. 

La separación de la pareja en diciembre de 2022 sorprendió a muchos. Según diversas fuentes, uno de los principales motivos de la ruptura fueron los celos de Vargas Llosa. Aunque ninguno de los dos ha dado detalles explícitos sobre las razones de su separación, se ha especulado que las diferencias en sus estilos de vida y las constantes presiones mediáticas jugaron un papel crucial. Tras la ruptura, Vargas Llosa ha mantenido un perfil bajo, evitando hablar públicamente sobre Preysler. Durante una entrevista, el escritor mencionó que no haría declaraciones sobre su ex pareja y que prefería centrarse en su trabajo literario. Por su parte, Preysler ha continuado con su vida social, aunque también ha evitado profundizar en los detalles de su separación. 

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, ¿problemas de cama?  

Lo cierto es que mucho se ha especulado sobre la relación, pero sobre todo de la ruptura de la pareja. Uno de los temas que desde hace tiempo no deja de sonar es la ‘ayuda’ que necesitaba la socialité para mantener relaciones de cama con Mario Vargas Llosa. La especulación surge por un relato del escritor en el que el protagonista hace referencia a sus relaciones de cama de los últimos 10 años. Se trata de ‘Los vientos, muchos aseguran que, si se tratara de un texto autobiográfico, hace una década que Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler necesitaban ayuda en sus relaciones de cama 

“Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ahora ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí. ¿Por qué sigo diciendo 'pichula', algo que no dice nadie en España?”, inicia el texto. “Tampoco imaginamos nunca que fuera tan común que las gentes llegaran a vivir cien años, y, sin embargo, ahí estamos buen número de bípedos para demostrar que no era inalcanzable. Y, sobre todo, que hombres y mujeres pudiéramos durar tanto conservando la lucidez y disfrutando de la vida, incluido el sexo. No hablo por mí, claro, pero mucha gente que debe de tener mi edad, más o menos, disfruta todavía haciendo el amor, aunque yo no forme parte de ella (La última vez que hice el amor sin ayuda química fue hace unos diez años, creo, o por ahí, me parece)”, añadió Mario Vargas Llosa en su escrito.