El ingreso de Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa ha sido, sin duda, uno de los momentos más importantes de la carrera del escritor peruano. Palabras mayores para alguien que ha ganado un Nobel o que escribió la genial 'La fiesta del chivo'. Una distinción que le ha llegado, además, cuando pasaba por una de sus peores épocas personales: en vez de un literato de campanillas, de Mario ya solo se hablaba o por su españolismo exacerbado y caduco, o por haberse convertido en un personaje rosa con mucha porquería escondida bajo la alfombra. Francia le ha lanzado un salvavidas y lo ha pillado al vuelo, desesperado. Por eso la invitación a Juan Carlos a seguir el acto en primera fila: hacían falta personajes jugosos para darle visibilidad, enaltecerlo y enjabonarlo a conciencia. La jugada ha salido regulinchi. Si tu mejor baza es un Borbón (o dos), mal. Pero lo que no esperaba era el fuego amigo, que lo hubo.
Mario aterrizaba en la capital francesa y la ciudad del amor con la estela de la ruptura con Isabel Preylser impregnando todos sus movimientos. Ruptura y acercamiento a su exmujer Patricia Llosa, a la que ha engañado, despreciado y abandonado durante tantos años, pero que no desistía, tozuda: lo recuperaría por lo civil o lo criminal. Sus hijos han puesto todo de su parte en esta misión, y el hecho de invitarla al acto era toda una declaración de intenciones: un gesto a toda una vida preocupándose por él y quizás algo más. Este "más" es la cuestión principal: ¿qué pasa entre el exmatrimonio?
Patricia Losa exhausta, se duerme durante el discurso de su amado Mario Vargas Llosa
Bien, todo apunta en la misma dirección: Mario volvía, como el turrón. Comidas, fotos juntos e incluso disturbios con la prensa. Patricia había ganado la partida, aunque no hubiera ninguna confirmación oficial. Son días de intensidad máxima, las cosas se están moviendo a gran velocidad. Su exmujer está exhausta y lo pagó en el peor momento y en el peor escenario: se durmió cuando Vargas Llosa empezaba su discurso ante los académicos. Totalmente noqueada, la imagen era un drama, ridícula para la magnitud del acontecimiento y su pomposidad. Palabras contra ronquidos, vaya combate. Eso sí, no es el único batacazo relacionado con la señora. También vio cómo le destripaban su secreto más íntimo, la exclusiva que ya vale mucho menos dinero.
Los traductores de Mario Vargas Llosa destripan el secreto de la Patricia
Los Llosa están juntos, se han reconciliado, es oficial. Es la jugada maestra contra la Preysler. No ha hecho falta que los protagonistas dijeran nada, no. Los traductores de los libros de Mario al francés cometieron una indiscreción destapando su intimidad. Bien, uno de los traductores, sobre todo. El que mejor nos cae, el más simpático y un poco bocazas. A preguntas de Europa Press, decía: "Es su mujer, sus hijos, su familia". El reportero preguntaba si se alegraban por la reconciliación, y cantó bingo: "Sí, sí, muy bien...". El hombre quería continuar, pero su colega cortó la confesión de forma muy diplomática: "Eso es su vida personal aunque se hiciese muy pública por la personalidad de Isabel, pero es su vida personal y no tenemos opinión". Al final, eso sí, también caía: "Patricia es una persona a la que conocemos muy bien y es importante". Nada más que decir.
Ahora solo falta la guinda final: ¿volverán a casarse? Llamaremos a los traductores pronto, a los que entendemos mucho mejor que a la propia pareja. Y no solo porque sepan francés.