Hace unos días descubríamos unos de los secretos mejor (o peor) guardados de Kiko Matamoros: no es tan alto como asegura ser, 1'91. Una imagen con su hijo Diego desnudos y marcando músculos lo delató: entre ambos la diferencia es mucho mayor que los dos centímetros que vende por Internet. Pues bien, la cuestión de la altura parece ser un dolor de cabeza en Matamoroslandia, porque ahora la que nos ha dejado de piedra es su novia, Marta López Álamo. La chica, tan guapa como delgada y multioperada con sólo 23 años, tiene una estatura de 175 centímetros. Pero si atendemos sólo a sus fotos de Instagram, podríamos asegurar que, tranquilamente, supera los dos metros. Los clubs de baloncesto se la rifan, vaya. Ahora bien, el dato vuelve a dejar mal al colaborador: no le saca 16 centímetros a la chica ni en sueños. Ni siquiera con tacones.

Kiko Matamoros y su novia Marta López Álamo de compras / @kiko_matamoros

Una cosa, sin embargo, no quita la otra. Marta se ha pasado estilizando su figura. No entendemos muy bien qué narices ha hecho con la lente de la cámara o algún tipo de postproducción fotográfica, pero se ha vuelto a deformar y parece un palo de portería o una caña de bambú. Aparte de estar esquelética, la altura de las piernas es estrambótica y exagerada. El torso ya es pequeño (a pesar de la silicona), pero la cabeza ha pasado por algún ritual jíbaro de reducción extrema. El efecto visual es radical, marea y todo. Hay autovías con menos kilómetros que sus pantalones. Jirafas mucho más menudas que ella. Así podríamos pasar horas, cierto. Quizás por eso la joven exMiss Jaén ha bloqueado los comentarios de la foto, evitándose críticas y una Nochebuena amarga. Pero vaya, que la imagen, que incluye un código promocional para comprar algunas de las piezas que lleva, sigue allí colgada. Y la imaginación vuela tan alto como sus piernas.

Piernas de Marta López Álamo @martalopezalamo

Marta López Álamo en la playa / @martalopezalamo

Si se fijan, en el fondo de la imagen se ve pasar a un camarero de algún bar o restaurante próximo y a tres peatones. La miraban con sorpresa, pero afortunadamente estaban lo bastante lejos. Si Marta fuera real y estuviera a un mentro se hubieran llevado un susto que ni viendo el coronavirus con forma humana, bigote y sombrero. Gracias por las carcajadas, crack. Feliz Navidad a ti también.