Todos sabemos que las redes sociales tienen muchas ventajas, sin embargo, por otra parte, el mundo de influencers también nos hacen convivir con personajes influyentes que no paran de sacar tonterías por la boca. De todos ellos y ellas hay un buen saco, los más cotillas de la red tenemos una lista negra de personas a quienes casi ni escuchamos, entre las cuales está la familia Pombo. El imperio de María Pombo se extendió desde el minuto uno con sus dos hermanas, Marta y Lucía, sus respectivos maridos, Papín y, claramente, sus hijos. Nos lo enseñan todo por la red, e incluso en un documental exclusivo sobre la vida de la familia. Solo al cotillearle los perfiles llegas a una sencilla conclusión: son más de extrema derecha que la misma bandera, la cual lucen con orgullo.
Religión, tradición y clasismo. La gran protagonista de la familia metía a todo trapo el Himno de España a su boda, o también regalaba declaraciones y titulares patrióticos como "Si la gente quiere relacionar eso con VOX o con ser facha que lo hagan. Odian a mi país" Española, no españolísima. Y bien, qué teníamos que esperar del resto de hermanas. En especial, esta vez, hablamos de Marta Pombo, posiblemente la más espontánea de las tres y la que menos mide sus palabras. Digamos que tiene el rol de la hermana divertida y graciosa, pero cada vez que abre la boca, produce todo el contrario. Intenta hacer bromas enrolladas y sin querer, le sale su propia personalidad: sexista, gordofobia o racista, ha metido la pata irremediables veces. Está más guapa callada.
Cuando menos, el año pasado no se le ocurría nada más que mostrar bien orgullosa sus nuevas bermudas, ya que era una prenda de ropa que la hacía sentir 'marimacho' y, claro está, ella con un marido, una hija y siendo una enamorada de los vestiditos y las flores no podía parecer ni lucir en absoluto una pieza de ropa propia de un 'homenot' (según ella). Pues bien, por si eso no os parecía un buen patinazo, ha vuelto a hacerlo, y ahora, sobre su segundo embarazo. Ya hace meses que la influencer anunció que estaba esperando gemelos, concretamente dos niñas, María, en honor en su hermana, y Candela. Dos nombres clásicos y tradicionales, como ellas. Claro, cuando vienen dos, el cuerpo de la mujer se hincha mucho más y sufre muchos más cambios, aparte de ser un proceso todavía más delicado. Pero entre todos los riesgos, lo que más le preocupa a Marta Pombo es "que me confundan con un barrilete", es decir, que la gente asocie su barriga a su peso, y no a un embarazo.
Paseando por Lekeito, el País Vasco, sitio que la pareja suele visitar constantemente, no se le ocurría nada más que grabarse para decir el siguiente: "Una de mis obsesiones, cuando estoy embarazada, es saber si parece que estoy embarazada, o sea me da miedo que me confundan con un barrilete. Llamadme loca, ¿vale? El caso es que llevo un vestido amplio y digo a ver si voy a parecer un barrilete y no que estoy embarazada" En fin, de donde no hay no se puede sacar. Y esta es una de las preocupaciones de la Pombo, que no le confundan el tamaño de la barriga por las dos criaturas que lleva, en vez que por su peso. Un comentario que demuestra la gordofobia que guarda en el interior...
Otro patinazo por enmarcar de la familia Pombo, esta vez de Marta Pombo, ¿cuál será la siguiente?