Media profesión periodística sólo tiene ojos para todo aquello que sale y entra de un portal de la calle Fueros de Vitoria-Gasteiz. El acceso de un despacho de abogados es el escenario del desfile diario de los dos protagonistas del año: Iñaki Urdangarin, cada día más cerca de ser oficial y legalmente el exmarido de la infanta Cristina, y su amante Ainhoa Armentia. Cámaras de televisión, reporteros, fotógrafos y hasta alguno que pasaba por allí hacen guardia insistentemente con la esperanza de obtener material jugoso para alimentar la bola de nieve de la ruptura royal del momento. Están todos los programas, especialmente los de Telecinco. 'Sálvame', 'Socialité' o 'El Programa de Ana Rosa', por descontado. Este último envió refuerzos durante la jornada de ayer martes: una informadora de la que se habla muchoy últimamente, pero no por su trabajo con el micrófono. Más bien porlo que hace cuando acaba la jornada laboral.
Hablamos de Marta Riesco, la novia de Antonio David Flores y la mujer que ha provocado la separación de Olga Moreno. Riesco es una supernova mediática de manual: ha estalladocon un resplandor exagerado que, con el paso de los días, se apaga y muere a gran velocidad. Y no sólo para que el paparazzo Diego Arrabal, muy próximo al exguardia civil, haya explicado que ya no son novios. Este tema tan farandulero le está creando problemas en Telecinco, donde dijo que sólo quería que se hablara de ella como periodista. El problema es que Riesco no acompaña estos deseos con la práctica, y va diciendo de todo por los pasillos de Mediaset e incluso protagoniza pitotes televisivos en territorio comanche. Y la han pillado.
Es difícil creer que no tienes intención alguna de convertirte en la protagonista de un culebrón y después justificar lo que hizo ayer Riesco en 'Sálvame', programa que está en guerra con el de Ana Rosa Quintana y con todos aquellos que forman parte de suya, Unicorn Content. Marta entraba en directo y se peleaba con Anabel Pantoja, anunciando demandas por hacer público que tuvo una relación con una mujer en un sofá de la finca Cantora de Isabel Pantoja durante una fiesta de fin de año. Le dijo de todo, como "acabarás en el banquillo como tu tía". Un movimiento que los responsables de su programa han encontrado lamentable e inadmisible. Sobre todo porque la enviaron al País Vasco a hacer otra cosa. Ella, sin embargo, prefirió ser la prota de la película.
Los 'jefes' se están hartando de la exMiss Segovia: la han defendido en varias ocasiones a raíz de algunas informaciones que ha sido publicadas en los medios, pero la paciencia tiene un límite que Riesco está cruzando de forma temeraria. Y las represalias ya son una realidad: la han obligado a volver a Madrid y olvidarse de chupar cámara al lado de Iñaki Urdangarin. Se acabó. Ha perdido una oportunidad perfecta para reivindicarse y ganar aquello que despilfarra continuamente, el crédito de la opinión pública y de sus compañeros de trabajo.
No somos Rappel, pero hacemos un vaticinio: acabará muy mal. La estrella estrellada.