"Grande España, a Dios le doy las gracias por nacer aquí, honrarte hasta el fin. Como tu hija llevaré ese honor, llenar cada rincón con tus rayos de sol". Desde que Marta Sánchez ha puesto letra al himno español que compite con Rovira y Pascal como la Marta más tuiteada. Susanna Griso ha sido rápida y ha pagado un satélite con Miami, donde vive la españolísima Sánchez para pagar menos impuestos. Espejo público no ha entrado en este detalle. No les importa la evasión fiscal si no hay por el medio un catalán como Aleix Espargaró. La excantante del grupo Olé Olé ha seguido buscando olés españoles con una letra que sólo un tertuliano ha calificado de "cursi y embarazosa". El columnista Rubén Amón cree que la letra hace crecer el número de independentistas. Pero Griso prefería mostrarle a Marta los tuits alabándola de los dos líderes de la derecha, las dos erres: Rivera i Rajoy.
Ha sido en este momento cuando Marta se ha echado a llorar. Se ha sacado un pañuelo para enjugarse las lágrimas de emoción como buena diva. La derecha la toma como musa y volverá a vender discos. Un eurodiputado del PP, Esteban González Pons, ha dicho en el mismo programa de Griso que, como en la media parte de la Super Bowl, Marta Sánchez tendría que salir a la final de la Copa del Rey para cantar el himno. Quizás recordando cuando Janet Jackson salió con Justin Timberlake y censuraron la canción por un motivo que Sánchez conoce bien: el volumen pectoral.
"Rojo, amarillo, colores que brillan en mí corazón y no pido perdón". Cada estrofa del himno es más ramplona que la anterior. Pero no superará su mala imitación de Marilyn Monroe cuando fue a animar a las tropas españolas al Golfo Pérsico y les cantó en pantaloncitos cortos Soldados del amor.
Era el año 1990 y el amor lo pondría Marta Sánchez un tiempo después desnuda en la portada de Interviu. Ni una taquilla sin el póster central.