El españolismo entró en éxtasis ayer en Marbella. Los 3.000 asistentes del concierto de Plácido Domingo en el Festival Starlite se deshicieron como un bombón en plena ola de calor con la sorpresa que el tenor les había preparado. No, no fue ninguna disculpa, aclaración o arrepentimiento público por las acusaciones de presuntos acosos sexuales que han manchado para siempre la figura del artista, ni mucho menos. En vez de eso, Domingo se tapó con la bandera rojigualda, un clásico facha.
¿De qué manera? Pues invitando al escenario a una musa de esta parroquia, Marta Sánchez. Sí, la misma que le ha puesto letra al himno español, y que a pesar de haber intentado hacer mucho ruido con su gran ocurrencia, lo debe cantar a menudo en la ducha, porque suena menos que las canciones de Isa Pi. Plácido le hizo un favor a Sánchez, vaya. Y así, de paso, hizo colapsar al público de la cita musical, la favorita de Victoria Federica, del matrimonio Aznar o de Carmen Lomama, presentes en la actuación. Qué lástima no haber estado allí, ¿verdad?
El espectáculo fue indescriptible, como la calidad musical de la versión de la ex de Olé Olé, vestida de rojo intenso para la ocasión. Un disparate mayúsculo, recibido eso sí con emoción, aplausos y una demostración de nulo criterio estético. El desenfreno fue tal que el diario 'El País' relata que muchos tuvieron que estar a punto de necesitar del boca a boca para recuperar la conciencia, el aliento y la dignidad: "Ovación de tres minutos", aseguran, plenos de 'vivaspañas' y soflamas de manual. Fascinante, cuando menos. Imaginamos que después de la pareja vendría un show de Arévalo con un manojo de chistes de 'gangosos y mariquitas', que son los que gustan al buen españolazo. Una noche completita.
El resto, los "españoles" malos, lo miran de otra manera. Y la palabra asco se queda muy corta. Destacaremos, entre otros, las ácidas opiniones de Óscar Andreu (RAC1 y TV3) y la de Natza Farré, excompañera en 'La Competència': "Talibanes autóctonos".
Gentíos excitadísimos aplaudiendo esta opereta de cuarta con personajes de reputación más que dudosa. Y algunos pagando más de 400 euros por una tortura cómo esta. 'Marca España', señoría.