Maruja Torres se situó hace tiempo en aquel limbo ideológico que coloca a los indepes y Vox en el mismo saco. A ojos de la escritora, están al mismo nivel: los dos son igualmente nocivos para la democracia española. "Matraca independentista, patochada, supremacismo"... la retahíla de improperios que Torres dedica a los líderes del procés no tiene fin.

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La última de la escritora, reírse de los ciudadanos que se han acercado a la sede de Òmnium Cultural para seguir en directo la declaración de Jordi Cuixart en el Tribunal Supremo. En tono burlón, Maruja Torres les recuerda, sarcástica, que “no hay nada como la falta de libertad de expresión”. Los indepes pueden escuchar a Jordi Cuixart en la tele porque España es un estado democrático. Fantástico. Que el presidente de Òmnium lleve más de un año en la cárcel por haberse manifestado el 20-S es sólo un detalle sin importancia, que en ningún caso pone de manifiesto que España vulnera derechos fundamentales.

Parece que a Maruja Torres le molesta que la gente escuche a Jordi Cuixart declarando en el Supremo. Sólo le ha faltado pedir, una vez más, que se calle. Como cuando se reía de Jordi Sànchez y su "matraca independentista".