'Masterchef' y Catalunya. Episodio 357. La gota malaya no se detiene, y el talent culinario persiste en el maltrato del catalán y de su gastronomía. Bien, en esta ocasión el incidente no ha sido tan grave, ni tan burdo, ni tan indignante. Pero como llueve sobre mojado, la cuestión toca lo que no suena. Hablamos de lo que pasó hace algunas semanas, cuando Jordi Cruz y compañía visitaron el maravilloso Mercat de Sant Antoni de Barcelona y perpetraron un atentado lingüístico contra un plato tradicional del recetario: sí, el pan con tomate. O "pan tumaca", según TVE. Así lo llamaron, con letras bien grandes.
El diccionario de la Real Academia Española recoge esta acepción, de tal manera que "pantumaca". De acuerdo. Muy bien. Pero por mucho que académicos como Arturo Pérez Reverte nos quieran hacer tragar el 'palabro', en Catalunya seguiremos sangrando por los ojos y los oídos. Tampoco pedimos la luna o que lo escriban en catalán original, no. No somos ni tan ingenuos ni tan atrevidos. Sólo deseamos que le llamen "pan con tomate", y punto. Pero no. Seguiremos soñando.
Bueno, más que soñar, diremos tener pesadillas. Porque durante el último episodio de esta edición, que celebraba su semifinal (compitiendo contra la otra semifinal, la de la Eurocopa), invitaron a la última ganadora de la versión de los famosos: la actriz madrileña Raquel Meroño. Su origen es, precisamente, el que nos hace disculparla. Y bien, no le podemos exigir un respeto que no tiene ni siquiera el propio programa de la cadena pública. Pero, vaya, que volvió a pasar, mientras explicaba a la audiencia qué quería preparar utilizando el tomate.
Una especie de trampantojo gastronómico en el que quería hacer pasar esta delícia tan catalana por un plato de sushi japonés. Arriesgado, novedoso y lo que quieran. Pero se cargó la magia cuando dijo: "pantumaca". Bingo. No falla. Su cara tampoco ayudaba a pasarlo por alto. Lo más curioso del caso es que los pocos espectadores que se han quejado en las redes no son ni catalanes ni catalanohablantes. Más bien eran compatriotas de Meroño. Quizás aquí ya damos la batalla por perdida.
Ahora que tenemos la Oficina del Español de Toni Cantó, todo se entiende mejor: "pantumaca" es el ariete con el que hacer la puñeta a Catalunya, su gran obsesión. Bien, y por otro lado, destacar que el castellano es aquel idioma que acepta términos "almóndiga", "dotor" o esta expresió de la discordia. De hecho, están a dos minutos de dar luz verde a "cocreta".