Es imposible oír su nombre y no recordar alguno de sus hits que han hecho bailar en toda la pista de baile. Con una voz y unos movimientos totalmente reconocibles, Ricky Martin es uno de los artistas latinos más conocidos en nuestra casa, siempre es buen momento para verlo en concierto. Para él los años no pasan, tiene 52 años y está como el primer día, vive en una juventud constante. Es la típica estrella mundial que nunca se retirará de la música, lo cierto, sin embargo, es que el cantante aparte de mover el esqueleto entre concierto y concierto, también guarda tiempo para los de su casa, digamos que en este ámbito también es un hombre bien ocupado.

Ricky Martin llena escenarios de noche, pero de día se encarga de sus hijos. El puertorriqueño es padre, ni más ni menos que, de cuatro criaturas: los mellizos Mateo y Valentino los cuales engendró en vientre de alquiler en solitario, y años más tarde, junto con su exmarido Jwan Yosef, tuvieron a Lucía y Ren, los pequeños de casa. Una familia que sufría su peor momento hace casi un año, después de anunciar la ruptura con el pintor sueco. A pesar de este cambio en el núcleo familiar, el cantante ha demostrado ser un padre 10, y ahora que los mayores ya empiezan a despuntar, no puede parar de presumir.

Ricky Martin con los dos mellizos cuando eran pequeños y su exmarido / GTRES
Ricky Martin con Mateo y Valentino / Instagram

Los mellizos están en plena adolescencia, altos y guapísimos como su padre, quieren vivir el ritmo de vida frenético del artista, y por eso, decidían acompañarlo en una de las citas más especiales de la gira 'Sinfónico': Japón. Mateo y Tino, así lo llama su padre, ponían rumbo hasta el país asiático para acompañar y pasar tiempo con su padre. Las fotografías hablan por sí solas, han adquirido en el ADN la altura y el tamaño de su padre, y como era de esperar, también la belleza. Los dos mellizos son distinguibles, pero tienen una cosa en común: la misma carcajada que Martin. En esta recopilación de imágenes y recuerdos podemos ver claramente que los jóvenes son el orgullo del artista. Cuando menos, no tiene que ser nada fácil criar en solitario y ahora que los vemos en pura adolescencia está claro que ha hecho buen trabajo.

Padre y mellizos se han convertido en auténticos guiris de la cultura asiática y podemos verles posar delante de un restaurante tradicional, bajo la frase de su padre: "We are hungry. Looking for something to eat" (tenemos hambre, estamos buscando alguna cosa para comer) Tampoco podían faltar las visitas a los monumentos y sienes del país, no nos ha quedado demasiado claro si a Martin le han gustado o no las vistas, él solo se fija en sus dos jovencitos."El sol siempre sale con estos 2 chicos. Saludos desde Japón" La experiencia ha sido tan inmersiva que incluso se convertían en Samurái por un día. Y sí, en este vídeo donde los dos copian los movimientos asiáticos ya podemos ver que incluso lo hacen mejor.

Ricky Martin con sus hijos / Instagram

Ricky Martin puede presumir de tener destreza bailando, de una voz rigurosa, pero sabe perfectamente que su repercusión se queda en buenas manos. Deja un legado que Mateo y Valentino alcanzarán con el mismo éxito, quién sabe si a través de la música, del arte o la ciencia, pero tienen un buen referente por imitar.