Máxima de Holanda está felizmente casada con Guillermo, pero una mujer tan atractiva y simpática como ella ha tenido muchos pretendientes. Como sucede con todas las Royals, la reina consorte de los Países Bajos también tiene una biografía. Lo han escrito los periodistas Rodolfo Vera Calderón y Paula Galloni. ‘Máxima, la construcción de una reina’. Cuando era tan solo una niña ya aseguró a algunos de sus compañeros que iba a casarse “con un noble”. Tenía claro su futuro.
Antes de conocer a Guillermo, estuvo con Tiziano Iachetti, uno de sus últimos amores de la secundaria, con quien a día de hoy mantiene una buena relación. Máxima le invitó a su boda en compañía de su mujer de entonces, María Frers. Cuando llegó a la facultad se enamoró de Max Casá, un cocinero reconocido por su participación en el programa ‘Todo dulce’ de Maru Botana en Utilísima Satelital. Le conoció en la Universidad Católica Argentina en el año 89, donde estudió Economía.
Máxima de Holanda tenía claro que se casaría con un noble
Cuando estuvo en los últimos años de carrera frecuentó otros grupos sociales, allí conoció a Federico de Alzaga. “Máxima descubrió de cerca lo que era la verdadera clase alta argentina, sus códigos y costumbres. Y aunque el vínculo empezó como una amistad, al cabo de unos años iniciaron una relación amorosa”.
Máxima pensó que había encontrado a la persona adecuada para casarse. De acuerdo con Rodolfo Vera Calderón, “siempre le gustaron los hombres buen mozos, pero, a la vez, que fuera alguien importante era una prioridad”. Era atractivo y descendiente de Martín de Alzaga.
Tenían claro que iban a casarse, pero al acabar sus estudios universitarios le comentó que quería irse a vivir fuera. Él no tuvo la reacción esperada. “Ella esperaba que él la retuviera, que le dijera que no se fuera y que se quedara con él. Pero nada de eso sucedió. Y como Máxima es una mujer inteligente entendió que, aunque se quedara en Buenos Aires, esa relación no daba para más”, revela una amiga de Federico en el libro. Incluso, los autores revelan el ultimátum que le planteó Máxima y fue la estocada final a su romance: “O nos casamos o me voy”.
En Nueva York conoció a una banquero exitoso, atractivo y surfista. Según su biografía, a la reina consorte le gustaba tener “affaires”. Tras romper con él tuvo un romance fugaz con un piloto de United Airlines y después conoció a Christopher, un noble inglés, muy allegado a la familia real británica. Máxima “creyó que era el indicado, que sucedería lo que había decretado a los 17 años, que su futuro sería con alguien de renombre, poderoso y que la unión no pasaría inadvertida”, asegura el relato biográfico. Christopher fue su único novio antes de conocer a Guillermo.