TVE está haciendo limpieza. 48 horas después de cargarse a la presentadora catalana María Casado para dar un nuevo impulso a Las Mañanas de la 1, la directora del ente, Rosa María Mateo despide a otro presentador de la franja matinal. El exministro de Cultura Màxim Huerta, que ahora se hacía llamar Máximo Huerta a pesar de ser valenciano, ha sido despedido fulminantemente. Desde la crisis del coronavirus que no se emitía su programa del mediodía A partir de hoy. Era un fracaso de audiencia y no volverá.

Ni una sola crítica y todo agradecimientos. Huerta cobraba cuatro veces más para hacer el programa que por hacer de ministro. Cuando fue cesado por Pedro Sánchez por evadir impuestos no criticó al PSOE y consiguió un programa en La 1. Ahora tampoco dirá una mala palabra. El contrato lo cobra íntegro pero no sigue. Rondaba el 7% de share, un desastre.

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El presentador no encontró nunca el tono, un batiburrillo que iba desde hacer llorar a una niña que iba a Eurojunior hablando de amor en España a llevar tertulianos para no decir nada. En la hipercompetitiva franja de mediodía, poca cosa. Sus seguidores famosos lo despiden:

Huerta vivirá ahora de vender libros, más digno que aceptar 24 mil euros públicos cada mes después de cesar de ministro por inventarse ingeniería financiera y pagar menos impuestos. Las puertas giratorias no sólo son hacia Consejos de Administración de eléctricas. No tendría que haber aceptado nunca ir a la pública que depende del gobierno del cual formaba parte. Si quiere hacer tele que vuelva con Ana Rosa Quintana.