T5 ha tardado entre poco y menos en explotar su reality revelación de 2020: la segunda temporada de 'La Isla de las Tentaciones' está en marcha. La representación catalana del show es escasa: Sandra Barneda presentando y una joven de 28 años, Melyssa Pinto, formando una de las parejas que "ponen a prueba" la fortaleza de su amor. También tenemos unos y unas cuantas tentadoras, pero si eso ya hablaremos. Vaya por delante que la credibilidad de estas relaciones son igualmente escasas, pero todos ellos hacen el papelón como maestros del drama. Eso se les tiene que reconocer. Y bien, de todas las tramas, personajes y dramitas, Pinto se ha colocado en buena posición. Su chico Tom parece ser ligerillo, cualidad que se paga en oro en Mediaset. Ella, una bomba de relojería, sabiendo cómo las gasta el francés, del que se fía nada. La función ha empezado y el público ha quedado enganchado, pero parece que no hemos visto nada de la tragedia que se avecina.
Tengamos en cuenta que Melyssa y Tom empezaron su idilio hace 8 meses gracias en 'Mujeres y Hombres y Viceversa'. Ya saben, los matrimonios más duraderos han nacido en platós de televisión de Mediaset. La historia es un producto mediático muy goloso para su público: ella lo dejó todo para marcharse con él a Marrakech, donde residía. Pero no se lo crean: Tom pasa más tiempo en Madrid que la Cibeles, y normalmente lo hace en discotecas donde todo es un poco confuso. Confusiones tipos Dinio, y que después le revientan en la cara a los dos minutos de empezar el programa. Casualidad. El detonante, ideal para la entrada de Melyssa, que entre lamentos, broncas y llantos se ha hecho una estrella; una estrella que puede ver como su nómina de seguidores en las redes (350.000) crece exponencialmente. Su IG es un escaparate donde luce sensual y casi en solitario, sin el novio. Los fans la prefieren a ella.
Es una opereta, pero a veces hace gracia. Y las operas tienen sus divas y divos. Fani y Christofer pueden ver temblar su 'reinado'.