Mercedes Milá es una viejoven, una mujer de casa buena de Barcelona que hija de aristócratas, siempre ha sido la cabra loca de la familia y a los 71 años ya no cambiará. Tan pronto enseña los pechos, las cacas que hace en TV o a su perro. Tiene un exhibicionismo que la hace natural y oro televisivo. Este verano se dio una nata en bici en Francia que la ha dejado dolida y ahora enseña la cicatriz que le ha quedado en el hombro:

Mercedes Milà Instagram

El tajo de 20 cm sobre el sobaco hace sufrir. Ahora está en manos de fisioterapeutas para recuperar toda la movilidad. Explica: "Lo primero que me dijo la gente cuando comenté que me había caído, roto la cabeza del húmero y operado fue: "lo más importante es la rehabilitación. Tendrás que tener mucha paciencia y entender que todo el dolor que te hagan es por tu bien aunque sea mucho (...) Al día siguiente de la operación, empezó a tratarme y enseguida comprendí que su técnica nada tenía que ver con otros colegas que me habían tratado antes. No me hizo nada de daño, me alivió el dolor y puso en movimiento un brazo que tenía asumido que tendría 40 días completamente inmóvil. Es de esperar que, poco a poco (poc a poc, como dicen en Menorca para todo), pueda recuperar la vida normal, pueda vivir sin analgésicos cada ocho horas, pueda llevar la moto , conducir mi 4 latas con ruedas fosforito  y, por encima de todo, pueda bañarme en el mar". Ya lo ha hecho:

La Milá en Instagram

¿Cómo fue el golpe tan bestia? Durante una excursión por "bosques maravillosos" de repente se le ha cruzado por delante un insecto, un tábano, con la intención de picarla. Al librarse de la bicho, ha perdido el control del manillar y ha acabado

"en una zarza que tenía maderas y cosas dentro. Ahí noté al caerme que me rompía el hombro. Un dolor bestial. Si alguno ha tenido alguna vez un problema en el hombro, lo sabe. Costó mucho sacarme de la zarza y me llevaron al hospital, donde me hicieron una radiografía y vieron que el húmero estaba roto".

Al no haber desplazamiento del hueso, Mercedes Milá se ha entregado de tener que pasar por quirófano y no lo tendrán que operar. Eso sí, de lo que no se ha entregado es de un aparatoso vendaje y un arnés para tenerle inmovilizado el brazo. Y con esta fila se ha estado 40 días. Un mal menor.