En todos los proyectos y programas que lleven el nombre de Mercedes Milán, significa que hay show asegurado. La presentadora catalana es de aquellas que no tiene pelos en la lengua a la hora de charlar a diestro y siniestro sobre todo lo que pasa dentro y fuera del plató. Los espectadores de Gran Hermano saben a qué nos referimos cuando decimos que Milá no tiene ningún problema para decir las verdades en la cara y destapar todas las mentiras en directo, ella no tiene escrúpulos. Tiene 73 años, pero la edad no es un número que la defina, tiene espíritu y alma joven.
El pasado mes de noviembre arrancaba su nuevo proyecto televisivo a RTVE de la mano de Inés Hernand como co-presentadora del programa No sé de qué me hablas, una tertulia formada por el público más joven que trae como invitados a referentes actuales y del pasado para hacer una comparativa y debatir sobre los temas de actualidad más jugosos. Allí hemos podido ver a la presentadora totalmente en su salsa, rodeada de juventud y de personajes míticos del pasado que lo acompañan. Mercedes Milá siempre se ha querido ir renovando y ahora, aparte de su nuevo espacio televisivo, también ha encontrado en las redes, un nuevo método para reivindicar, felicitar y sobre todo comunicar.
Mercedes Milá todavía no se ha animado a convertirse en una auténtica influencer, así como Inés Hernand, quien se dio a conocer con sus vídeos comunicativos. De momento, ella sigue luciéndose, como siempre, desde plató. Pero lo que no puede evitar la veterana, es utilizar su perfil de Instagram para comentar o poner encima de la mesa las injusticias actuales, hemos visto cómo señalaba a partidos fascistas, la culpabilidad de Dani Alves y todo tipo de polémicas sociales. Aparte de involucrarse de lleno en las reivindicaciones más importantes de la actualidad, la presentadora también expone y explica sus aventuras diarias, como la que le ha pasado hoy mismo en uno de sus viajes en coche.


Resulta que la presentadora estaba haciendo un viaje largo con coche eléctrico, un vehículo que contribuye al medio ambiente, pero que presenta una principal desventaja importante: se tiene que cargar como si se tratara de la batería de un móvil. Así pues, durante el viaje han tenido que hacer una parada técnica y se han encontrado con el problema de que se tenían que esperar una hora y media para cargar el vehículo después de probar varios enchufes que no funcionaban. Para hacer la espera más corta, Mercedes Milá explica vía Instagram el siguiente: "En este lugar solidario no hay ni rastro de una cafetería y todo lo que venden es esto" Atención, nadie se esperaba que en las máquinas expendedoras nos encontraríamos todo tipo de accesorios y kits sexuales para hacer corta la espera: preservativos, lubricantes, bolas chinas e incluso un libro o un juego de Kamasutra para variar en posiciones mientras se te carga el coche.



No sabemos si la pobre Mercedes viajaba sola o acompañada, lo que está claro es que ella sol tan solo quería un café y unas galletas para hacer pasar el hambre mientras esperaba la carga del vehículo, y se ha encontrado con una buena sorpresa."¿Qué os parece? ¿Os a pasado alguna vez?" quien sabe si todo eso le habrá alegrado o amargado la espera.