Maria Pasqual (o Lapiedra, su nombre artístico) y el paparazzi Gustavo González se preparan para celebrar una Navidad muy especial: la primera con Mia, la hija que tienen en común. Ya hace casi 8 meses desde que la criatura llegó al mundo en Barcelona, en un momento bastante delicado por la pandemia. A pesar de las preocupaciones y las dificultades, la niña crece sana y fuerte para la felicidad de sus padres, que si bien ya sabían lo que supone la maternidad/paternidad (ella tiene una más; él, cuatro), la recién llegada les ha hecho redescubrir la intensidad de este camino. La pareja, siempre cuestionada en los platós de televisión (ellos pusieron de su parte, protagonizando más de un show cutre), está más unida y feliz que nunca. Las imágenes lo demuestran.
De los dos, sin embargo, el que seguramente tiene un motivo extra para sentirse orgulloso es Gustavo. Y es que Mia ya sigue sus pasos, a pesar de su corta edad. No, no es que haya empezado a manipular cámaras fotográficas o que se quede obnubilada mirando la televisión. El motivo es gastronómico: la niña come sólidos desde hace tiempo, y empieza a disfrutar de platos elaborados: uno muy concreto, y emblema de la gastronomía valenciana: la paella. González es de Quart de Poblet y, evidentemente, siente predilección por ella. Mia se ha zampado una ración bien potente, a la que no le falta ningún ingrediente, excepto la sal, contraindicada para las pequeños: la sal. Del resto, tiene de todo: conejo, pollo, judía y garrofó, así como un buen sofrito. Sólo un error bastante cómico y que sus seguidores le han tenido que corregir: Gustavo debía estar pensando en otra cosa, porque en vez de 'garrofón' en castellano, ha escrito 'garrafón'. Eso ya para más adelante, Gus. No corras.
En todo caso, una estampa divertida y tierna. Después del arroz, que se prepare para los canalones de Sant Esteve y el resto de viandas típicas de Navidad. Felices fiestas.