Un día sin Michael Robinson es demasiado. La huella del exfutbolista y comentarista deportivo es incontestable. Su muerte nos ha dejado huérfanos de un sentido del humor único y una agudeza intelectual de primera categoría. El homenaje popular lo explica a la perfección, así como el de periodistas de altura. Uno de ellos es John Carlin, compatriota de Michael, a quien dedica un artículo emocionante y cargado de detalles jugosos, describiendo al protagonista con maestría.
Carlin dibuja el perfil de un ganador, un trabajador incansable y un hombre que ponía buena cara a los aprietos más desagradables de la vida. Pocas, muy pocas veces, perdía la sonrisa. Lo único que sacaba de quicio al inglés era la política, especialmente tres temas: Las figuras de Donald Trump y Boris Johnson, y cómo revela el escritor en La Vanguardia, el procés independentista. Ahora bien, sin ser indepe, lo que enervaba Robinson era la represión del gobierno de Mariano Rajoy contra Catalunya, expresada en una frase lapidaria: "It's diabolical". No hace falta el traductor para entenderlo. "Le indignaba un montón la política del gobierno de Mariano Rajoy respecto al tema catalán. Varias veces me llamaba casi a la medianoche y me hablaba y hablaba -todos los que lo conocimos sabemos que le gustaba hablar de todo-, pero nunca con más rabia que cuando se impuso la famosa "prisión preventiva" a los líderes independentistas catalanes".
En diciembre, en la última conversación, Michael Robinson me habló d la indignación que le produia la falta de sentido democrático d no permitir un referéndum a CAT y, sobre todo, ver presos políticos en Ñ. Como|Cómo recoge su amigo J.Carling "It's diabolical" https://t.co/e6zFm2HYrg
— Pilar Calvo (@pilarcalvo13) 28 de abril de 2020
El cáncer nos ha arrancado un hombre genuino, una voz necesaria y una forma de ver la vida irrepetible. Descanse en paz.