Los catalanes (o vascos, o gallegos, o asturianos, o...) estamos tan acostumbrados a sufrir atropellos lingüísticos por parte de los "hermanos" españoles que celebramos como victorias épicas hechos que, pensándolo bien, nunca tendrían que llegar a esta categoría. Pero la realidad es la que es, y la insistencia de los monolingües altera nuestras percepciones. Dicho de otra manera: un Estado que tiene un tesoro en sus manos de enorme riqueza cultural e idiomática, prefiere practicar el desprecio o la ridiculización permanente porque no hablamos 'en cristiano'. Que nadie lo olvide cuándo hablen y acusen al resto de supremacismo, y tal.

Afortunadamente, no todo es oscuridad, odio, aversión e intoxicación sobre el catalán y otras lenguas. Hay un montón, sí, un montón de personas que siendo de fuera de Catalunya lo hablan, lo estudian y lo estiman. Gente normal, sin prejuicios, con interés y ganas, y lo que es más importante: con inquietudes y respeto. Viendo cómo está el panorama son una rareza en vías de extinción, y quizás por eso cuando surge la oportunidad aplaudimos a rabiar sus actitudes. Y uno de los que últimamente se está llevando ovaciones es un entrenador de fútbol. Un madrileño, para más señas, y que se sienta en el banquillo del Girona F.C.: hablamos de Míchel Sánchez.

Míchel Sánchez, entrenador del Girona EFE

Míchel Sánchez, entrenador del Girona F.C. / EFE

El exjugador del Rayo Vallecano es una especie de héroe ciudadano para todos aquellos que sufren por el presente y el futuro de la lengua catalana. Una distinción que se ganó por méritos propios durante una rueda de prensa, cuando paró las preguntas de un periodista de la ciudad que le hablaba, claro, en catalán. Lo hizo porque no entendía una expresión, pero en vez de hacerlo con mala cara o desdén, Míchel lo hacía porque está aprendiendo el idioma y quería ampliar cada día sus conocimientos. Lleva dos meses en el país pero tiene más actitud que muchos que llevan décadas, incluso locales con alergia lingüística. Una conducta muy elogiada y que explicó sin dramas, problemas ni manías días después durante otro encuentro con la prensa: "Quiero conocer toda la cultura y tradición de aquí. Me he sentido súper bien tratado y querido. Joder, a mí me han enseñado esto: que tengo que ser una persona que sepa adaptarse y empatizar con la cultura y el sitio que, encima, me están dando trabajo".

Pues bien, este domingo lluvioso y feo de noviembre el madrileño ha obrado el milagro: ha hecho que vuelva a salir el sol. En una entrevista en la emisora RAC1 ha vuelto a ofrecer una lección encomiable e imprescindible. También de enorme humildad, hecho que todavía agranda más su figura. "Me siento cortado y no quiero ese protagonismo, os lo juro. Lo agradezco muchísimo, pero no es nada extraordinario. No es nada importante. Es lógica pura". La intervención es para enmarcar, cuando dice que "lo haríamos todos. Si fuésemos a Inglaterra intentaríamos aprender inglés lo más rápido posible para poder comunicarme en un sitio que a mí me hace feliz. Y para ser más feliz, cuanto más esté con la gente, mejor.Y para estar con la gente tengo que tener un diálogo con ellos. Si no, es jodido".

Míchel Sánchez, entrenador madrileño del Girona FC @gironafc

Míchel Sánchez, entrenador madrileño del Girona F.C. / @gironafc

Míchel podría hacer como tantos otros: tener estos diálogos en castellano y rechazar que le hablaran en una lengua que no es la suya. Pero él no es así. Entrenará en Segunda (esperamos que por poco tiempo), pero ya ha demostrado que su clase es mundial.