Michelle Pfeiffer es para toda la generación de los que ahora tienen más de 50 años, más que una actriz, un icono. Tiene, y mantiene, una belleza luminosa, felina y muy elegante. Nunca ha necesitado ser voluptuosa o exuberante para desprender sensualidad. Incluso Artur Mas, el presidente más monógamo de la Generalitat, osó revelar que solo perdería los papeles de su feliz matrimonio con Helena Rakòsnik por la Pfeifer. Mas a Sílvia Cóppulo en TV3: "Si un día me encuentro a Michelle Pfeiffer, no soy responsable de lo que pueda pasar". Instagram le tiene que dar la razón al president. Michelle Pfeiffer ha cumplido 65 años y cuelga una foto en las redes para celebrar que ya tiene 3 millones de followers. Ella sin maquillar en el sofá de casa, espléndida y magnética:
Michelle Pfeiffer es la mejor Catwoman posible en Batman returns de Tim Burton, con su cara felina y los ojos azules achinados más seductores de Hollywood. Durante años se especializó en películas de época, como Las amistades peligrosas enamorándonos a los espectadores y a John Malkovich (spoiler: mueren los dos) o a La edad de la inocencia con el desaparecido del cine Daniel Day Lewis. Legendaria en un filme de aventuras como Lady Halcón, insuperada de rojo encima de un piano en Los fabulosos Baker boys. Ha reaparecido cinco años después de abandonar el cine para una de Marvel, 'Ant-Man y la Avispa: Quantumanía'. Es la estrella mejor operada de Hollywood, como se entiende la buena cirugía estética: que no se noten demasiado. Fuera de Instagram, en las alfombras rojas es espectacular:
En la retina de los cinéfilos, Michelle Pfeiffer canta dentro de un vestido de terciopelo rojo sobre un piano de cola. Historia del séptimo arte, entre las dos imágenes hay 34 años. Una de las mejores actrices de su generación pero desdichada, e incomprensiblemente, es de las que trabaja menos. Meryl Streep empalma series y pelis. Pfeiffer sigue siendo sofisticada y buena actriz. Casada desde hace décadas con el productor y guionista David E. Kelley. Un mito de la TV creador de series como La ley de Los Ángeles, Picket fences o Ally Mc Beal. Una pareja fabulosa que todavía se ama en un ámbito, el de las estrellas donde ningún matrimonio aguanta. Y eso tiene mérito en un planeta donde todo el mundo querría estar casado con Michelle Pfeiffer, incluso el siempre sobrio president Mas.