Miguel Bosé ha ganado la primera batalla judicial contra su ex Nacho Palau. El juez de Pozuelo de Alarcón que tenía que dictar sentencia a raíz de la reclamación del valenciano sobre la filiación de las 4 criaturas de la pareja se han manifestado, desestimando la demanda y dando la razón al artista y negacionista del coronavirus: sus hijos no son hermanos, según la Justicia. Un golpe muy duro para Palau, que lleva un largo y tortuoso recorrido con este litigio, aunque la misma sentencia si establece un régimen de visitas de los 4 niños.
El varapalo judicial establece que Tadeo y Diego, hijos biológicos de Bosé, e Ivo y Telmo, que proceden del escultor, son personas sin vinculación familiar directa. Los cuatro surgieron por gestación subrogada fruto de la relación de 26 años de pareja de sus progenitores. Al separarse, en el año 2018, el cantante decidió que los repartirían, como si fueran cuadros o muebles de una casa. Tomó "su parte" y se los llevó a México, provocando la reacción de Palau, que solicitó la custodia compartida de todos ellos. Nacho quería que pudieran crecer juntos manteniendo la relación, pero el juez ha frenado en seco sus aspiraciones. En un comunicado después de saberse la decisión, los abogados del demandante han remarcado que la sentencia reconoce que el propósito inicial de la pareja era "tener hijos para establecer una única familia en la que los 4 serían hermanos", aunque no se dicta la exigida filiación por otras razones jurídicas.
La lucha de Palau, sin embargo, no acaba en Pozuelo. Anuncia recurso de apelación y batalla en instancias superiores. Mientras el culebrón continúa, los niños crecen separados y en un entorno de guerra familiar.