No hay mejor foto de Nacho Palau y Miguel Bosé que la que encabeza esta noticia. Es del 20 de noviembre del año 2011. La pareja de novios se escondía de la prensa y Bosé vivía en la paranoia que nadie supiera lo que todo el mundo sabía: que era homosexual. Su padre torero hacía años que había muerto y su madre era más moderna que él. Pero a la hora de cruzar una calle con su novio, Bosé miraba fastidiado al cruzar la esquina, que ninún paparazzi los viera. Estaba tan ciego que tenía el fotógrafo justo en frente:
La justicia española en Derecho de Familia es como si viviera Franco. Un juez sentencia que los cuatro hijos de la pareja, engendrados dos y dos en vientres de alquiler, no son hermanos. Carmen Lomana, amiga de Bosé, se apunta a destrozar a Nacho Palau en La Razón: "Miguel Bosé y Nacho Palau tuvieron una relación sentimental de pareja, de amor. Pero esa relación solo duró seis años. Los otros veinte años que se le han atribuido fueron en realidad «colegas». Se tenían mucho cariño y les gustaba seguir siendo muy amigos y estar cerca el uno del otro, pero el amor se rompió y se dieron libertad para tener su vida independiente, incluso viviendo en la misma casa".
Lomana dice saber si los novios practicaban sexo 26 años o no. Ella lo sabe mejor que Nacho Palau. Lamentable. Después reconoce que Bosé y Palau querían que los 4 hijos fueran hermanos: "Querían que vivieran juntos y firmaron un convenio en el que se vinculaba una compensación económica a favor de Ignacio Palau" pero que no dejó de ser escultor para cuidar de los niños: "En esa casa había «nannies» y servicio doméstico. Cuando nacieron los niños Nacho y Miguel ya no eran pareja". Lomana dice que pactaron poder mantener otras relaciones sexuales. Pareja abierta. Ella lo sabe todo.
Remata Lomana que Bosé le arregló la vida si los niños estaban juntos: "3.000 dólares mensuales, una vivienda en Panamá, coche en Panamá y Audi en Madrid, seguro sanitario, cuatro billetes de avión para ir y volver a España, y el importe preciso para abonar a la madre de Palau la hipoteca de su casa, cuya entrada ya había pagado Miguel". Y que Palau se fue de Panamá porque allí se aburría.
Lomana escupe Palau: "Por más que Nacho diga que dejó su carrera de escultor por Miguel, es absolutamente incierto, Miguel siempre le instaba a que hiciese algo, incluido esculpir. Se conocieron cuando el supuesto escultor tenía 19 años. No se le conoce formación ni estudios universitarios y tampoco he visto ninguna escultura suya, que seguro que las habrá pero no sabemos dónde". Repugnante y clasista Lomana.