Quedan pocos meses para que Miguel Bosé tenga que declarar en un juzgado de Familia por la demanda que le interpuso su novio durante 26 años, el escultor valenciano Nacho Palau. La vida de Bosé es un misterio, dentro de un enigma rodeado de secretismo. Y Nacho Palau es el encargado de levantar un velo que todos sabían lo que ocultaba. No la orientación sexual del cantante sino su mal carácter. Así se entiende que desprecie a Nacho Palau y mantenga separados por un océano a los cuatro hermanos que tuvo la pareja, separados dos y dos según quien inseminó a la respectiva madre de alquiler. El morbo televisivo lo aporta un nuevo programa de La Fábrica de la Tele en Telemadrid, Huellas de elefante.
La tertuliana Beatriz Cortázar destapó qué pide judicialmente Palau a Bosé: la custodia compartida de los cuatro hijos que tienen en común, lo que en Derecho de Familia se denomina "acción de filiación paterna no matrimonial". Y añade una demanda económica, una compesación en dinero por el tiempo y sociedades compartidos por la pareja durante un cuarto de siglo. En el programa Cortázar añade que el comunicat de Nacho Palau donde se hizo pública la relación era la última carta que le quedaba al escultor tras la indiferencia de Bosé y la "desesperación por no llegar a ningún acuerdo".
Lo que explican los expertos en Derecho de Familia es que Bosé preferirá llegar a un acuerdo extrajudicial con Nacho Palau antes de verse sometido al escrutinio social. Un juicio siempre es público y Bosé preferirá pagar y pactar antes de que toda España lo vea implorando o acusado de maltratador psicológico. En pocas semanas se sabrá la fecha para la vista que decidirá con quién se quedan los cuatro menores y cuánto dinero tiene que pagar legalmente a su pareja de hecho durante 26 años. Nacho Palau va perdiendo el miedo y su instagram es una obra de arte.
De todos los nombres que se mezclan en el caso, los que tiene que proteger el juez son Ivo, Tadeo, Telmo y Diego Palau Bosé, o Bosé Palau.