Miguel Bosé es un temerario. A los 63 años sigue jugando con la ambigüedad, no de su orientación sexual, que haya revelado su novio durante 25 años, sino de su salud. Empezó el año con un vídeo  dirigiéndose a cámara, sin voz y demacrado, diciendo "hasta siempre". No era el mejor vaticinio. Un año en que afronta la demanda de Nacho Palau para tener la custodia de los cuatro hijos de la pareja. Ahora Bosé se encierra a oscuras en su despensa y entre paquetes de comida grava esto:

Bosé se mueve entre tinieblas, enciende el mechero de los fogones de la cocina y con voz fantasmagórica dice "Micheeeeeelle" tres veces y se agacha entre bolsas de comida. Da miedo,  mucho miedo. Sin la explicación diríamos que Bosé no está bien, pero el hastag ayuda: #BacheletDóndeEstás. Bosé se dirige, de una amanera muy inquietante, a la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet que es la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los DD.HH. Critica a Bachelet porque ha visitado México antes que Venezuela. Un despropósito de vídeo que ha alarmado sobre la salud de Bosé en las redes:

  • jackitalinda Ahhhh no té pasas, estas mal chiquillo, muy pero muy mal
  • ¿priscibobadilla Que onda tio? Este viejo se volvio loco, que le den la pastilla porfa, que da verguenza ajena.
  • mariajose.boss yo pense que buscabas la caja para pagar los impuestos en España ��������
  • misterina Pobre estas peinando la muñeca brijido a lo que has llegado pobre. Paga lo que deves en tu pais ladrón de mierda
  • cristianramosmunoz Payaso...así mismo como ofendes a una mujer y te burlas de Bachelet, deberías preocuparte de pagar tus impuestos en tu tierra, España, de opinar sobre la ley mordaza, o defender los derechos humanos de Melilla o Ceuta...eres un Payaso...

GTRES

Bosé vive en México pero es un activista contra el régimen venezolano de Nicolás Maduro. Algunos le recuerdan que pague los impuestos que le reclama la Hacienda española y dudan de su salud mental con una expresión muy chilena: "peina la muñeca": dicho de alguien que peina compulsivamente la cabeza sin cuerpo de una muñeca. Se aplica a alguien que se cree que ha perdido la cabeza.