Uno de los colaboradores más queridos y odiados a partes iguales del universo Sálvame es, sin ningún tipo de duda, Miguel Frigenti. El tertuliano habitual del programa chismorreo de las tardes de Telecinco es de los que no se suele morder la lengua y llama a las cosas por su nombre, guste o no a sus interlocutores, levante ampollas o no, nunca deja a nadie indiferente. El joven no se casa con nadie y suele defender a capa y espada aquello en lo que cree, y a quien no le guste, dos piedras. Últimamente, pero, tiene a sus seguidores preocupados. No por lo que opine otros compañeros, no por ninguna polémica televisiva de las que estiran como un chiclé en su programa, sino por un affaire extraprofesional.
Frigenti ha encendido todas las alarmas sobre su estado de salud. El colaborador no está pasando por una buena racha y después de permanecer algunos días ingresado en un hospital, ha lanzado un preocupante y explícito mensaje en las redes sociales, que no ha hecho sino angustiar todavía más a sus seguidores. En poco más de seis meses, el experto en reallities y uno de los rostros habituales de Sálvame ha tenido que ser ingresado en un hospital en dos ocasiones, la última de ellas, no hace ni siete días. Todo parecía indicar que el colaborador se había recuperado de unas dolencias que no ha dejado claras de que se trata, y que había vuelto a recuperar la fuerza, pero parece que la cosa es más delicada de lo que nos pensábamos o de lo que públicamente muestra. Porque a pesar de aparecer en el trabajo algún día, parece que el estado de salud de Frigenti sigue sin funcionar a las mil maravillas y sigue siendo un poco delicado. Cuando menos, a juzgar por el último mensaje publicado en redes.
El periodista sigue sin hacer público el motivo por el cual ha sido ingresado y se ha sometido a diferentes pruebas los últimos tiempos. Y no sólo eso, sino que ha vuelto a escribir un mensaje, breve, pero muy explícito, sobre lo mucho que está hasta las narices. Un alarmante mensaje que ha preocupado todavía más a sus seguidores. Una palabra, "Harto" y un emoticono, el de un corazón estropeado, envuelto con una venda, un símbolo que podría significar que su salud continúa en horas bajas. Un comentario breve, pero no muy optimista, escrito de madrugada, hacia las 3h de la noche, que ha movilizado a sus seguidores, que le han dado ánimos para superar este mal trago y vuelva a estar en forma nuevamente:
Muestras públicas de apoyo y calor hacia un colaborador que no ve la hora de ver la luz al final del túnel y que el pasado mes de abril ya tuvo que ingresar por culpa de una pielonefritis aguda. Esperemos que muy pronto se recupere y vuelva a dar guerra en el Sálvame.