"Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir". Esta frase seguro que les suena. Fueron las lacónicas disculpas de Juan Carlos I después del escándalo de su cacería de elefantes en Botsuana, en compañía de su amante Corinna y con el resultado de una doble fractura: se rompió la cadera y, de regalo, la corona de Rey. El cazador cazado, vaya. Bien, pues el colaborador de 'Sálvame' Miguel Frigenti ha reproducido parte de aquella intervención del monarca y ha tenido que pedir perdón a los espectadores de Telecinco. No ha matado ningún animal. Tampoco lo han pillado con un amante. Ni siquiera ha tenido que pasar por la enfermería de Mediaset. Pero ha cometido un error bien grande y ridículo, impropio de un profesional de la televisión: se quedó dormido en medio del programa.
Frigenti es joven, enérgico y con ganas de destacar en 'Sálvame'. Él ha sido el encargado de hacer públicas las presuntas infidelidades del novio de Tamara Falcó, al que acusan de montar fiestas ilegales y ponerse las botas con mujeres que, evidentemente, no son la marquesa a sueldo de Pablo Motos. Incluso habría intentado seducir a Fani Carbajo, la famosa 'Estefaniaaaaaaa' de 'La Isla de las Tentaciones': de ser verdad, el tal Íñigo Onieva demostraría no ser demasiado espabilado. El caso es que el programa puso en marcha su mecánica habitual: cebar el tema desde las 4 de la tarde para tratarlo en las postrimerías de la emisión, hacia las 8. 4 horas de espera que Miguel se pasó encerrado en una sala (VIP, le llaman, cuándo es una habitación minúscula junto a unas máquinas de 'vending' y unos lavabos), siguiendo el programa a través de un plasma. Y claro, eso no hay quien lo aguante. El sopor es máximo. Y Frigenti cayó durante unos segundos: de los bostezos pasó a quedarse dormido, mientras los compañeros de realización lo pinchaban en directo con toda la mala leche. Alguien que lo quiere lo llamó por teléfono y le advirtió, despertándolo. El tertuliano lo admitía vía Twitter: "Pido perdón por haberme quedado unos segundos traspuesto. No es profesional, aunque sí humano. No volverá a ocurrir".
Al trabajo (o mejor dicho, a 'Sálvame') se tiene que ir aliviado y bien descansado. Y con un termo infinito de café.