Desconocemos si el humorista gallego Miguel Lago, cuando sube a los escenarios, lo hace con un carné del PP o de Vox en la boca. Pero no le hace falta. Con lo que lleva diciendo los últimos meses ya hace tiempo que se le ha visto el plumero. Queda claro que está haciendo una campaña descarada para posicionarse y que lo contraten para hacer bolos en territorios gobernados por la derecha y la ultraderecha. Él sabrá cuándo se mire al espejo. Pero el espectáculo que está haciendo, supuestamente justificado bajo el brazo del humor, es esperpéntico. Lago hace, además, una cosa que es de ser muy miserable: apunta solo en una dirección. Todo lo que haga tufo de Pedro Sánchez, del PSOE, es caca. Todo lo que hagan los Feijóo, Abascal y compañía, es maravilloso. Y ya no hablemos si hay de por medio alguna cosa de que tenga que ver con el independentismo, con Puigdemont, con Catalunya o alguno otro de los nombres relacionados con el procés.

Miguel Lago, con Pablo Motos en 'El Hormiguero' / Antena 3

Hace unos días, en otro reducto derechoso antiindepe, El Hormiguero, se hizo el milhombres con las hormigas y Pablo Motos al vomitar que "yo no he votado a Sánchez ni lo votaré jamás. Ahora bien, es mi presidente y mi presidente me está diciendo que soy un ciudadano peor, con menos derechos y que hay ciudadanos que están por encima de mí y que ahora sobre mi libertad, que si cometo un delito voy a la cárcel, hay un señor que tiene el privilegio de no hacerlo, un delincuente que se escapó de España en el maletero de un coche y que va a volver a España en Falcon". Lago demuestra, aparte de su odio atávico contra Puigdemont, que es un cobarde. Porque solo apunta en una dirección. Gabriel Rufián ya le dedicó un sopapo con la mano abierta cuando le dejó caer que "Tampoco hace falta ser tan duro con Juan Carlos I", con toda la ironía del mundo.

Ahora, Lago ha vuelto a provocar vergüenza ajena al hacerse el sarcástico, esta vez, con Óscar Puente, el exalcalde socialista de Valladolid que dejó K.O. a Alberto Núñez-Feijóo en el Congreso de los Diputados en la sesión de investidura fallida del líder del PP, y que después ha tenido que sufrir dos intentos intimidatorios por parte de un pasajero perdonavidas en el AVE hacia Madrid. Dos veces un energúmeno se le ha acercado en plan chulesco, la primera, intimidando y preguntándole insistentemente por Puigdemont. Una actitud que todo el mundo con dos dedos de frente ve que no se tendría que permitir con Puente ni con nadie. Pero para el sinvergüenza de Lago se ve que no hay para tanto. 

Un tipo, el pasajero del AVE, que tiene antecedentes de episodios violentos, detenido dos semanas antes por agredir a dos policías, que amenazó a otro agente en la comisaría y que está pendiente de que se fije fecha de juicio por lesiones y coacciones a su expareja. Un perla, en definitiva. Pero a Lago parece que no le es suficiente. Porque en un monólogo del Lago Comedy Show, que representa en el Teatro Alcázar de Madrid cada sábado, lo que ha dicho ha sido: “Quiero aprovechar para hablar de un suceso que demuestra la deriva terrible que está tomando la sociedad española, que fue el tremendo escrache, el tremendo acto de violencia que sufrió ayer Óscar Puente. ¿Esta es las España que queremos? ¿Queremos que cualquiera se cruce con un diputado, se plante y le pregunte ‘alcalde, qué le parece lo de Puigdemont’? Salió el tren con 45 minutos de retraso, ¡Como si no sale! Estamos hablando de un ataque hiperviolento, no tenía que haber salido ni un AVE en España, debería estar todos con Óscar Puente”... Cuánta ironía. Cuánto ingenio.

Evidentemente, no se podía saber, lo ha comparado con casos con políticos de la derecha: "No estamos hablando de agarrar a Begoña Villacís embarazada de nueve meses y escupirle y empujarle, o agarrar a Cristina Cifuentes y llamarle puta. Estamos hablando de algo serio. ¿que alguien le pegue un puñetazo al presidente? Ah espera, que ya pasó”, dice en referencia a Mariano Rajoy y el puñetazo que recibió en el 2015 en campaña electoral... Lo que decíamos. Si fuera por tipos abyectos como el tal Lago, si alguien quiere intimidar a otro, y más, si es para atizar a Puigdemont, carta blanca... Después, si le hacen a él alguna cosa parecida, a ver si es tan ocurrente y valiente para hacer jijijaja como si nada.