El flamenco tiene una estrella catalana indiscutible. Nació en Barcelona hace 48 años, pero se crio en el barrio de Bufalà en Badalona. Allí se forjó la figura artística de Miguel Poveda con un resultado incontestable. Ahora bien, también se fue formando su personalidad fuera de los escenarios. Una vida, la suya, de la que ha desgranado varios episodios en una entrevista con la periodista Luz Sánchez Mellado en 'El País'. La conversación es jugosa y dejar titulares potentes. Por ejemplo por lo que explica sobre su homosexualidad, o mojándose en torno a la gestación subrogada. Poveda lo defiende, claro, ya que su hilo Ángel llegó de esta manera. Su relato llama la atención, sobre todo por las preguntas de la Luz, que tiene mili y maña. Una de estas preguntas toca otro tema polémico: el catalán.

Miguel no es catalanohablante, aunque últimamente haya asegurado que ahora se siente enamorado de una lengua que nunca ha sentido suya. Lo explica él mismo en el diario, pero ya había dejado constancia en otras ocasiones. De hecho recibió críticas para decir que "el Estado ha sido agresivo con Catalunya". Pero vaya, que es un buen amigo de Albert Rivera, y eso quieras que no, marca. Seguro que no eres el más sensible con el tema catalán del mundo, o mejor dicho, la sensibilidad sólo existe en un sentido. Sea como sea, el artista parece haber innovado en la presentación de su último disco, 'Diverso': una canción en catalán. Dicen que es el fruto de su nuevo amor por la lengua. Bueno, no del todo, porqu recordamos otro disco entero en catalán de 2005, 'Desglaç'. Esto lo han pasado por alto. 

Albert Rivera y Miguel Poveda / Instagram

Volvamos a las preguntas de Sánchez Mellado, que son cruciales para llegar a entender totalmente la posición de Miguel en este conflicto. Sí, conflicto. Especialmente ahora que hay sentencias y campañas para cargarse la enseñanza en catalán, la inmersión y la escuela tal y como la percibe la inmensa mayoría del país. Los jueces cambiando un modelo de éxito, de cohesión y de convivencia constantemente vilipendiado con mentiras. En fin, que pasaríamos un buen rato hablando de esto, pero no lo haremos. Eso sí, seguro que a Poveda no le prohibieron ir a hace pis en el cole por no hablarlo, aunque lo sintiera como un elemento impuesto y por el cual no tenía ningún interés. Por eso dejó de ir a la escuela y fracasó como estudiante. "¿Por qué le costaba ir a la escuela? Bueno, algunos me llamaban "moñas", porque era un poco amanerado y jugaba cono las niñas. Pero yo también me porté mal. ¿Por eso cree que perdió el tiempo en el colegio? No, lo perdí porque no estaba centrado. Era buen estudiante, pero era vago. A partir de los 10 años empecé a suspender todo y dejé de prestar atención. Le perdí el respeto. Nos ocurrió en muchos. Pasamos de dar una asignatura en catalán a darlo todo en catalán, menos una clase de castellano. No quiero echarle la culpa a eso, pero dejé de tener interés en las clases". Por suerte, "luego me arrepentí".

Producto de este arrepentimiento, lo que decíamos: ahora incluso vuelve a cantar una canción en la lengua impuesta: "¿Le ha perdido el rechazo que le cogió en la escuel?" pregunta la periodista. Poveda se explaya: "Me he enamorado del catalán cuando me he sentido libre. No es que lo rechazara. Lo hablaba y lo entendía, pero las cosas que se hacen por imposición tienen mucha menos carga de amor. Cuando llegas a ellas desde tu libertad y tu curiosidad, surge el flechazo". Es una forma de ver las cosas que suena fantástica y muy romántica. Pero residual e irreal. Y lo que él dice de imposición es supervivencia de una lengua oprimida, como tantas otras. ¿En todo caso, a que no adivinan quién ha tardado diez segundos en retuitear estas palabras? Pues Toni Cantó, director de la ajetreadísima Oficina del Español. Su trabajo es leer diarios y compartirlos en redes. 75.000 euros al año, tú. Públicos, claro. Precisamente es en la cuenta del político españolista de algún partido que ya no recordamos donde vemos que la red hierve. "Hasta aquí", dicen.

Toni Cantó / EFE

Respuestas de la red a Toni Cantó por las palabras de Miguel Poveda / Twitter

Cada uno es libre de opinar sobre su experiencia, faltaría más. Ahora bien, estas recetas mágicas parecen una especie de estado onírico que, cuando despiertas a la realidad, ¡pum!. Se estrellan. El catalán y su escuela son la primera defensa contra la extinción de una cultura y de una nación. En España no le pasará nunca eso, seguro que no.