Ha sido una de las manchas de una gran edición del Primavera Sound: El ataque que sufrió una de las principales estrellas del cartel, la norteamericana Miley Cyrus, cuando salía de su hotel en Barcelona a manos de un fan enloquecido. Las imágenes han dado unas cuantas vueltas al mundo, pero en los Estados Unidos el tema ha sido debatido con más intensidad.
Uno de los programas que ha mostrado el desagradable incidente, en el que el autor de los hechos cogía a la cantante por el cuello, le estiraba del pelo y le intentaba dar un beso, ha sido The Talk (CBS). Un programa en el que censuraban y condenaban la agresión, pero que se hacía eco de ciertos comentarios que justificaban el episodio, y que han roto el silencio de la artista, airada y con razón.
Cyrus utilizaba la letra de su último hit, Mothers Daughter, que precisamente habla de la libertad de las mujeres, y remataba la respuesta con dos mensajes: "Ella no puede ser agarrada sin su consentimiento" y el más explícito "Don't fuck with my freedom", es decir, que nadie coarte su libertad. Todo a raíz de comentarios como los que compartía en Twitter:
"¿Qué esperabas? ¿No querías ser sexy?" o "eso os pasa por vestir como putas" ha sido dos de los mensajes más ofensivos que ha recibido Miley. Son sólo la punta del iceberg, desgraciadamente, del acoso al que habitualmente son sometidas muchas mujeres del mundo del espectáculo (y mirándolo bien, de fuera también). Los tuits de Cyrus han recibido el apoyo masivo de sus seguidores, también desde Barcelona, una ciudad de la que la artista ha asegurado que guarda un gran recuerdo.
Esta ha sido la única manifestación pública de la conocemos desde su época como Hannah Montana al respecto de un episodio que, según fuentes próximas a la cantante, le hizo sentir "realmente inquieta"