Miriam Sánchez tiene 40 años y un pasado mediático tan particular como notable. Bajo el nombre artístico de Lucía Lapiedra (por su relación con el director de cine para adultos Ramiro Lapiedra) saltó en dos direcciones al mismo tiempo: una, la propia de este género cinematográfico; la otra, el mundo de Telecinco gracias al programa 'Crónicas Marcianas'. Fueron años frenéticos y de mucho éxito, incluso haciendo un papel en la saga de 'Torrente' de Santiago Segura. Dejó el mundo del porno y a Lapiedra para meterse de lleno en dos retos más: el profesional, ser colaboradora en el programa 'TNT', y el personal, empezar una relación sentimental con el polémico periodista deportivo Pipi Estrada. Más programas, más películas con Segura, incluso un reality como 'Supervivientes' que ganó... lo tenía todo en sus manos, televisivamente hablando. Y personalmente también: tuvo una hija su pareja.
La ruptura con Pipi fue muy comentada en su momento y la vimos explicar detalles en más espacios de la cadena. Incluso Ana Rosa Quintana la tenía como tertuliana. Pero la estrella se fue apagando, lenta pero inexorablemente, hasta que su último trabajo conocido en la casa fue en 'Cazamariposas', en el furgón de cola de Mediaset. Después, se desvaneció. La nada. Hasta que unos años más tarde volvía a ser noticia, aunque no eran nada positivas: situaciones que hablaban de ruina, de dejadez, de conflictos y de un estado diferente al que todo el mundo conocía de ella. También operaciones de estética y vídeos que levantaban polvareda. Daba la impresión que algo no iba bien. Y así era.
El pasado verano la situación hacía saltar todas las alarmas: Sánchez protagonizaba incidentes en bares de Madrid en un estado lamentable por el consumo de alcohol. Y los que la conocían confirmaban este extremo. El primero, Pipi, quien vive con la pequeña Miriam de 12 años: "Para nuestra hija, es muy duro ver a Miriam bebida". Se marchó a vivir en Canarias con una nueva pareja y parecía que la cosa se calmaba, pero los problemas han vuelto a aparecer este mes de enero de 2022. El programa 'Sálvame' explicaba punto por punto un nuevo episodio de violencia en un bar de Conil, en Cádiz, en el que llevaba muchas horas, desde las 14:00 en las 20:00, según un testigo. "Le pegaba al dueño de un bar aquí al lado. Estaba en un estado complicado, cayéndose por las calles". Tuvo que intervenir la policía, y continuó con el show en el coche de los agentes: "Empezó con las manos en el capó, como perreando con el culo. Algo muy, muy heavy". Más tarde la vieron "en el suelo al lado de una fuente".
Esta revelación ha provocado su respuesta al programa. Un testimonio contradictorio, pero desgarrador. Hace ver que todo es mentira, pero... atención a lo que dice: "Quiero defenderme porque estoy leyendo cosas muy desagradables. Quiero limpiar mi imagen. Estoy buscando muchísimos centros y hablan de la adicción de las mujeres. La mayoría de ellas es por situaciones como la mía. He escrito diarios y diarios para desahogarme porque a veces pierdes la cordura de ti misma. Yo no voy a decir nada de mi familia, pero no hay relación. Estoy sola en la vida". La parte más dura: "Esta serie de problemas acaba en una adicción. La mayoría de las mujeres que tienen adicciones no es por fiesta, es porque están maniatadas. Llego a un nivel de ansiedad que me bebo el agua de los charcos, y el Nilo también". Sus esfuerzos por cambiar no tienen resultados, y en su antigua profesión, la de la tele y el cine, ya no la quieren. Dramático.
Haz click en la imagen para oír el desgarrador testimonio de la actriz y colaboradora de Telecinco:
Se banaliza mucho la expresión "juguetes rotos". Lo que hay detrás es mucho más grave que una etiqueta. Puede acabar destruyendo a una persona. Esperemos que no acabe con ella.