Ferran Monegal se la tenía guardada a Toni Soler. Como mínimo diez días. En su artículo en El Periódico del 3 de enero, el crítico de TV ha comentado un programa de Navidad. En aquel Polònia líder de audiencia hubo un gag que a Monegal se le ha quedado clavado una semana y media. Aquel en que Soraya Sáenz de Santamaría (Agnès Busquets) se despedía de la Generalitat y los funcionarios la obsequian con una Cruz de Sant Jordi, la que devolvió Rosa Maria Sardá. La mala leche del gag es evidente:

Monegal coge el rábano por las hojas. Aprovechando el día que la Sardá criticó el independentismo al lado de su hermano en Al rojo vivo y los hiperventilados indepes la insultaron, Monegal atribuye a Polònia una intención diabólica: "Lamento profundamente que los polacos ya no hagan humorismo. Ahora se están transformando en instrumento al servicio de la misa oficial. Este sketch ha sido una forma de seguir llamando mala catalana a Rosa Maria, porque se ha apartado de la doctrina. Y por eso la han asimilado a la Soraya del 155. Eso tiene un nombre: apartheid. Y eso alimenta lo que una cadena pública no debería alimentar nunca: la fractura de un país. Odio incluido.."

La Sexta

La gran Sardá no se ha apartado de ninguna doctrina porque nunca ha sido independentista y sigue una única doctrina: la suya. Pero el hecho que un personaje del Polònia diga que Soraya es el anagrama de Sardá para endosarle una distinción que les ha sido devuelta no parece que quiera decir que Sardà y Soraya sean la misma cosa. Monegal como crítico puede interpretarlo así. De hecho ya acusó a la productora de Toni Soler de sectarios por Està passant. TV3 y El Periódico no pasan por las mejores relaciones y será divertido conocer a qué catalanes selecciona el diario para su Gala del Catalán del Año 2017 que retransmite TV3: ¿Arrimadas? ¿Trapero? ¿Cárdenas?