Dentro de poco se estrena un nuevo programa en Telecinco, Mónica y el sexo, un docureality presentado por Mónica Naranjo que explorará como se vive la sexualidad en diferentes países. La pantera de Figueres es la presentadora ideal de un proyecto que promete dar mucho que hablar una vez se estrene por lo que se verá, y sobre todo, por lo que se dirá.

@monicanaranjo

La cantante catalana ha pasado este sábado por el Deluxe a explicar su experiencia como presentadora de un formato como este y a revelar también cómo vive ella la sexualidad. Después de participar hace tres años en Pequeños gigantes, rodeada de niños, después de ser jurado de Tu cara no me suena todavía con aspirantes a imitadores y después de ser jurado -y marcharse renegando- de Operación triunfo, rodeada de triunfitos y jóvenes aspirantes a cantantes, ahora Naranjo va un paso más allá y pisa fuerte en un tema que siempre es muy jugoso, y eso que confesó que ahora "estoy muerta de caderas para abajo", en referencia al estado de su líbido después de separarse de su pareja después de 16 años.

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Quería hablar de cómo es la vida sexual de una pareja que lleva junta mucho tiempo, y se encontró separada sin llegárselo a imaginar. Confiesa que no es de relaciones de una noche, y que también "He tenido relaciones con señoras que me han querido muchísimo, y yo a ellas". Relaciones con mujeres y confusiones con hombres. Confusiones como las que tenían con ella misma: "toda la gente se pensaba que era un hombre y yo notaba cómo analizaban mi físico y me estudiaban, me miraban la nuez".

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La cantante de Sobreviviré sobrevivió, y tanto que lo hizo, a probar la viagra femenina: "y me puse como una burra, cachondísima durante 4 horas". Cachondísima, pero sólo en pareja. De tríos, ni oír hablar, defiende la monogamia y el concentrarse sólo con una persona: "Si soy muy ansiosa cuando tengo un señor en la cama, imagina tener dos, me estresaría. Todo lo que he querido hacer, lo he hecho". Lo ha hecho en la intimidad de su casa y lo hace ahora públicamente delante de las cámaras como buena presentadora que se implica al 100%: en Mónica y el sexo explorará todo tipo de gustos y fetiches, por ejemplo, dar una patada a los genital de un hombre que se excita así o comprando unas bragas de según mano en una máquina expendedora y olfatearlas para ver qué olor hacen y si es un aroma afrodisíaco o no. Mónica y el sexo, promete.