La genial periodista Montse Llussà se define a ella misma en su perfil de X como "Voz de tele y radio, de anuncios y de cuentos. Trabajo en el 'Versió RAC1'. Logopeda. Doy clases en la Universidad Ramon Llull. Soy animalista. Tengo un gato y una hija". La hija se llama Sara, y es fruto de la pareja que la voz de RAC1 forma desde hace ya unos cuantos años con otro tipo que vale mucho la pena, el periodista experto en cine de Catalunya Ràdio, Josep Mª Bunyol. Y Sara ha sido protagonista de un hecho que, afortunadamente ha acabado bien, pero que ha sobrecogido a todo el mundo. Este lunes, sus padres han charlado con Helena Garcia Melero en el Tot es mou de TV3.
Los que escuchen habitualmente el sensacional programa de tardes en RAC1 de Toni Clapés sabrán que hace un par de años, Montse nos puso el ay en el corazón a los oyentes. La voz de Catalunya, como es conocida (y no nos extraña, con su hipnótica, profunda y preciosa voz radiofónica, especialmente, su carcajada maravillosa), nos golpeó a todos cuando reveló el por qué de su ausencia en antena: "El motivo de mi ausencia en el 'Versió RAC1' es que a principios del mes de abril me diagnosticaron un tumor en el pecho en una revisión rutinaria. El pronóstico es muy bueno. Ahora estoy con tratamiento de quimioterapia y seguirán otros, todos con el objetivo de quedar como nueva". Poco a poco Llussà se va recuperando, pero ahora, quien nos ha conmovido ha sido su hija Sara. Y por un hecho que todavía tiene a todo el mundo con los ojos como platos.
Sara tiene cuatro años, y tenía tres cuando en mayo del año pasado fue al dentista a tratarse de una caries a una consulta del barrio del Eixample de Barcelona. Un caso que sus padres han recordado ahora para agradecer el trabajo que hicieron en el Hospital de Sant Joan de Déu. Vayamos por partes. Cuando Sara fue al dentista, le pusieron anestesia... La jeringa salió de dentro de la boca, pero la aguja no. Un accidente. Se coló por uno de los pequeños orificios por donde pasan nervios y arterias. Varios dentistas intentaron extraérselo, pero cómo más la tocaban más se hundía. Una situación angustiante, hasta que Montse y Josep Mª contactaron con el jefe de cirugía maxilofacial de Sant Joan de Déu, donde la ingresaron. Allí, vieron que la niña tenía la aguja de dentista clavada en el cerebro. Le hicieron una cirugía que no tiene precedentes, una operación muy delicada y prácticamente inédita, que incluso, se ha presentado al Congreso de la Sociedad Española de Neurocirugía Científica, en Jaén, y se publicará en una revista científica. Una pequeña incisión en el lado derecho de la cabeza.
Después de la intervención, estuvo una semana ingresada y este enero les han confirmado que la niña no tiene ninguna secuela, más allá de la cicatriz. "No se entiende cómo una aguja que se pone de anestesia en la mandíbula inferior llegue a emigrar hasta el cerebro. Eso no se lo explica nadie. El neurocirujano nos dijo que en 30 años de oficio nunca se había encontrado con que una aguja pasara por este orificio", ha dicho Montse. Celebramos que todo fuera bien. Un susto mayúsculo el de Montse, Josep Mª y Sara. Un abrazo enorme para ellos tres y para el maravilloso equipo del Hospital Sant Hoan de Déu que formó parte de esta inédita intervención quirúrgica.