Tamara Falcó sorprendió cuando concursó en Masterchef Celebrity en su cuarta edición. Lo hizo, inesperadamente, tan bien, que se proclamó vencedora. Entre los más sorprendidos, uno de los tres miembros del jurado, el chef Jordi Cruz, con quien hizo muy buenas migas y se creó una química que encendía el plató mucho más que los fogones. Sí, estaba claro que la cosa no pasaba de ser una broma televisiva alargada durante todo el programa y que después, cada uno por su camino. Pero por mucho que quedara claro que la hija de Isabel Preysler y el reputado chef de Manresa no tendrían ninguna relación de pareja, juntos, en el programa, tenían muy buena pinta, e incluso, hay quien dice que a ella, él sí que le hizo un poquito de tilín. La cantidad de imágenes que regalaron a los fans es de traca:
Aunque la química traspasaba la pequeña pantalla, Jordi Cruz no fue a la boda de Tamara e Íñigo Onieva. A pesar de los 400 invitados al bodorrio, él fue una de las ausencias más destacadas, y eso que estaba invitado. ¿Por qué no fue? No se trata de ninguna situación derivada del embarazo de su pareja Rebecca Lima. A pesar de la enorme complicidad entre los dos, y aunque Cruz recibió la pertinente invitación, decidió hacer mutis por el foro. En cambio, sí que fueron sus colegas del jurado del talent culinario, Samantha Vallejo-Nágera y Pepe Rodríguez. ¿Por qué, pues, no estaba también él, teniendo en cuenta que él era el prefe de Tamara y ella era el caballito ganador de Jordi? Por el novio.
Podríamos dedicar muchas palabras, pero todo se puede resumir en una sola. El chef considera a Íñigo Onieva un tarambana que no le cae especialmente bien, que dijéramos. "Nunca me ha gustado", dijo. Especialmente cuando estalló todo el affaire de los cuernos y se suspendió la boda que finalmente sí se ha producido. Aquello hizo que el ya marido de la ganadora de Masterchef Celebrity le cayera a los pies, y no entendía cómo Tamara Falcó podía darle una segunda oportunidad a pesar de lo que le hizo. Y ahora, fiel a sus principios, ha dejado bien claro que no quería formar parte del paripé de esta boda ni celebrar este supuesto amor. "Lejos de querer quedar bien, ha sido coherente con sus palabras. Le desea lo mejor a la marquesa de Griñón, pero ir a su boda sería un tanto cínico si se tiene en cuenta lo que piensa del novio", dicen por ejemplo en la revista Semana.
Cuando Tamara volvió a visitar el programa, Cruz le dejó claro que su entonces prometido no era santo de su devoción, y que "no se lo creía", que no lo veía trigo limpio. Ella juró y perjuró que Onieva "había cambiado". Pero Jordi Cruz se ha mantenido firme en su postura. Tamara, sonreía nerviosa: "Y lo dice tan pancho":
Sea como sea, fuera un momento hecho expresamente para el programa de tele o no, el caso es que parece que Jordi Cruz iba en serio. Chapeau por él por mantenerse firme y no ir a ver cómo su amiga, a quien quiere y se aprecia, se casaba con alguien que no le cae bien.